LOS CRÍMENES DE LA CALLE DE LA MONTERA
En el año 1812 se cometió en la calle de la Montera (la fotografía es de 1856) un crimen en el que la víctima fue un sastre. El juicio se celebró con tal celeridad por las entonces usurpadoras autoridades francesas que ha sido considerado el caso de resolución judicial más rápido de la historia, pues habiéndose cometido el asesinato un domingo, el miércoles siguiente enterraron a la víctima y al asesino.
Pero sin embargo el que ha pasado a la historia es el que ocurrió el 6 de octubre de 1849. Esa noche aparecieron dos hombres muertos en el número 56. Uno de ellos, José Lafuente, que también era sastre, murió estrangulado en su propio domicilio, y acusados de ello la criada, Clara Marina, y su hermano Antonio Marina; el otro, del que jamás se supo su identidad, y sin duda un cómplice al que eliminaron para tocar más en el botín del robo, había caído por la ventana al patio muriendo a causa del impacto del golpe. Los dos hermanos fueron ejecutados veinticinco días más tarde.
Y uno más, pues José Vázquez-Varela, joven de conducta irregular y malos antecedentes, que estuvo procesado por implicación en el asesinato en 1888 de su madre, Luciana Borcino (el famoso crimen de la calle de Fuencarral), aunque resultara absuelto, años más tarde se vio envuelto en otra muerte de extrañas circunstancias; esta vez, a causa de una prostituta que cayó desde un piso alto de la calle Montera. Por ello sí fue culpado y pasó 14 años en el penal de Ceuta
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