LOS AMORES DE PEPE BOTELLA CON LA CONDESA DE JARUCO Y CON SU HIJA MARÍA MERCEDES, CONDESA DE MERLÍN
La calle del Clavel, entre las de Caballero de Gracia e Infantas, fue una de las calles madrileñas rotas al abrirse la Gran Vía; ahora es atravesada por ella, partiéndola en dos desiguales trozos. Fue lugar escondido y silencioso, envuelto en la leyenda de los tristes amores del rey intruso José Bonaparte, el tan denostado Pepe Botella, con María Teresa Montalvo, viuda del conde de Jaruco. El rey le compró un palacete en esta calle para que sirviera para sus secretos encuentros amorosos, pero la salud de la condesa era muy frágil y murió sin que los médicos pudieran hacer algo por salvarla. Se dice que fue la primera persona en ser enterrada en el recién inaugurado cementerio General del Norte, pero que esa misma noche desapareció para, sin saberse cómo, aparecer sepultada en el jardín de su palacete, en la calle del Clavel. Sin duda que fue por orden del rey, para que su amada no estuviera en un lugar tan frío y solitario. Pero no quedó ahí la cosa, pues al poco se encaprichó de la hija, María Mercedes (en la fotografía), esposa de un capitán general de su guardia, a quien nombra conde de Merlín y mantiene en misiones bélicas fuera de Madrid. Referente a ello corría la copla:
La condesa tiene un tintero
donde moja la pluma José primero
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