FINCA DE EUGENIA DE MONTIJO EN CARABANCHEL
Durante los siglos XVII, XVIII y hasta bien entrado el XIX, los Carabancheles fueron elegidos como lugar para casi una treintena de villas de recreo por nobles, políticos y burgueses de Madrid. La de mayor extensión fue la de los Zapata (ya en el siglo XV), luego de los Miranda y posteriormente de los Montijo. Estuvo situada en la manzana comprendida por las calles de Eugenia de Montijo, Nuestra Señora de Fátima, avenida de los Poblados y la carretera de Madrid a Leganés. Doña Manuela Kirkpatrick condesa de Teba y Montijo por matrimonio, organizaba allí por los años 40 y principio de los 50 del siglo XIX famosas sesiones de teatro a las que acudían la flor y nata de la sociedad: políticos, aristócratas, escritores, artistas. Todo lo más florido de una sociedad que rivalizaba en esplendores. Una de sus hijas —Paca— se casó con el duque de Alba, la otra —Eugenia de Montijo— lo hizo con Luis Napoleón Bonaparte y fue emperatriz de Francia. La fotografía es de 1920, en Carabanchel, poco antes de que muriera doña Eugenia. Los últimos propietarios, los condes de Tamames, descendientes de los Montijo, vendieron la finca a la congregación de Religiosas Oblatas del Santísimo Redentor, que utilizaron el palacio como convento-escuela para jóvenes descarriadas, siendo derribado en 1969 y levantado en su solar una urbanización de viviendas. En el resto del solar se construyó el parque de Eugenia de Montijo
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