LOS CHINOS

La inmigración china es un caso especial. En Madrid, más de la mitad de las tiendas de alimentación están dirigidas por ciudadanos asiáticos. Permanecen abiertas durante los siete días de la semana con un horario que habitualmente sobrepasa las 12 o 14 horas al día, trabajando toda la familia por turnos, y eso teniendo en cuenta, además, que los pequeños negocios de alimentación no dejan beneficios superiores a 1.000 euros al mes.
Otro es el caso de los comercios "Todo a cien", casi todos ellos también en manos de los chinos. ¿Cómo resistirse ante tan tentadora oferta? Sin embargo, las razones de precios tan bajos están probadas y demostradas: el personal que fabrica los productos suele trabajar en un régimen cercano a la esclavitud. Los talleres escondidos con trabajadores hacinados son frecuentes, tanto en España (donde es ilegal) como en China (donde es legal y encima, está bien visto). Y las mafias chinas sacan tajada de todo esto. Tráfico de personas, blanqueo de capitales procedentes de negocios turbios, usura…