LOS INMIGRANTES
Son muchos los que tienen que abandonar su país de origen para buscarse el sustento. Algunos acceden con papeles, con permiso de residencia, es decir, con un contrato de trabajo avalado por la ley. Otros muchos, no... A ellos les toca de cerca la peor parte de vivir en el extranjero: sin trabajo, sin dinero, sin papeles... Y peor los que llegan (algunos se quedan en las aguas del Mediterráneo) en pateras a nuestras costas, personas que son capaces de jugarse la vida para llegar a un mundo en el que, según creen, todo les va a ir bien.
Gran parte de los inmigrantes periféricos (América Latina, Africa y Asia) son inquilinos subarrendados, con una media de tres familias en una misma vivienda, en condiciones de hacinamiento y algunos usando la fórmula de las "camas calientes" (ocupan un lecho por horas, a veces se establecen hasta tres turnos por día).
Y peor son los llamados pisos-patera, en donde no sólo se alquilan habitaciones, sino hasta trozos de pasillo, en condiciones infrahumanas y con problemas de higiene.
En Madrid predominan los rumanos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, colombianos, chinos, marroquíes, dominicanos, paraguayos, búlgaros, polacos, brasileños, portugueses nigerianos, filipinos... También los hay, ya en otro tipo de inmigración, argentinos, cubanos, italianos, franceses, ingleses, rusos, estadounidenses...
                       
                                                                                 
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