Fue el 25 de septiembre 1968 cuando en el Teatro de la Zarzuela se estrenó el musical Sonrisas y lágrimas, interpretado por el galán cinematográfico Alfredo Mayo como el capitán Von Trapp y Camille Carrión en el papel de María. El 6 de noviembre de 1975 Camilo Sesto comenzó a protagonizar la ópera rock Jesucristo Superstar en el teatro Alcalá-Palace de Madrid, con Ángela Carrasco como María Magdalena y Teddy Bautista como Judas. El 11 de marzo de 1977 se inició en el Teatro Monumental la representación de El diluvio que viene, con Lorenzo Valverde y María Elías en los principales papeles. Fueron estos los ilustres antecedentes del musical en Madrid, aunque muchos consideran que todo empezó cuando Paloma San Basilio y José Sacristán se subieron como protagonistas al escenario del Lope de Vega, el 20 diciembre de 1997, para el estreno del musical El hombre de la Mancha. Aquello, eso sí, marcó un antes y un después en la escena madrileña.
Dar un paseo hoy por la Gran Vía, es todo un espectáculo. Esta calle, que históricamente concentraba numerosas salas de cine, se ha reconvertido en los últimos años al género musical, por lo que el tramo comprendido entre Callao y Plaza España ha sido rebautizado como el Broadway madrileño. Ya no es necesario ir a Nueva York para poder ver los mejores musicales, Madrid es una de las ciudades con más espectáculos de este género en el mundo, espectáculos que se han convertido en una visita obligatoria para mayores y niños, para turistas y madrileños