84     NUESTRO PASADO MÁS REMOTO
a actual población de Campo de Criptana es el resultado de la unión de otras cuatro más pequeñas: Villajos, Criptana (Chitrana), Posadas Viejas y El Campo, así como de otras de menor importancia como Villalgordo, El Pico de la Solana, etc.
El núcleo urbano más antiguo —ocupado por el hombre desde tiempos prehistóricos— estaba situado donde hoy se encuentra el santuario del Cristo de Villajos, a unos cuatro kilómetros hacia el norte del núcleo urbano actual, en la carretera a Miguel Esteban; de allí se trasladaron sus habitantes en el siglo XIII hacia el castillo de Chitrana, derribado en el siglo XV por orden de los Reyes Católicos, lugar donde hoy se alza otro santuario, el de Nuestra Señora de Criptana.
Apenas existe información documental de Posadas Viejas salvo que estaba situada en las cercanías del Camino de la Puente, al sur de la actual línea del ferrocarril, y que se despobló en torno a 1300.
El Campo surgió en el siglo XIII en el emplazamiento actual del núcleo urbano, en torno a una posición fortificada del Cerro de la Paz que cumplía función de avanzadilla del Castillo de Chitrana. Pese a ser el núcleo más reciente, atrajo a la población de los núcleos circundantes, tal vez por lo saludable de sus aguas y sus aires. Los asentamientos citados anteriormente acabaron por desaparecer a favor del nuevo núcleo que, con el nombre de Campo de Criptana, aparece documentalmente a comienzos del siglo XIV.
Por los restos arqueológicos que se han encontrado se puede afirmar que el término municipal de Campo de Criptana ha sido un área habitada desde el paleolítico inferior (1 000 000 - 100 000 a.C.) en la Edad de Piedra.
Poblaciones que se integraron para la formación de la actual Campo de Criptana, con el contorno de su casco urbano en rojo
Principales restos arqueológicos y parajes en donde se han encontrado
Edad de Piedra
- El Minguillo. Paraje lindando con Alameda de Cervera y junto a la Autovía de los Viñedos y el Canal del Guadiana. Constituye uno de los asentamientos paleolíticos más antiguos de la zona, probablemente de gente nómada siguiendo las riberas del Guadiana.
- Paleolítico inferior. Pico triédrico
- Rivera del río Záncara
- Paleolítico medio. Hachas de mano, cuchillos de cuarcita y sílex, raspadores, hendedores, puntas.
Paraje de El Minguillo
Resto arqueológicos encontrados en El Minguillo y expuestos en el Museo Municipal del Pósito
Edad del Cobre
- El Pico. Paraje junto al pozo del mismo nombre. Al final de la calle Miguel Servet, continuando por el Camino del Pico. Parece ser que aquí hubo un asentamiento que pervivió en el tiempo hasta posiblemente el final de la Edad del Bronce.
- Se observa a pie de tierra los restos de un posible dolmen. Cuchillos y puntas de flechas de diferentes formas, molinillos de mano, yunques y percutores… Restos de épocas posteriores. En unas canteras de yeso aparecieron vasijas de forma globular con restos humanos calcinados.
Paraje de El Pico
Edad del Bronce
- El Pico. Paraje junto al Pozo del Pico ya citado anteriormente en la Edad del Cobre.
- Cerámica manual negruzca, cerámica fina pintada de rojo y pequeñas vasijas pulimentadas. También objetos de adorno como pequeños discos de hueso y cuentas de collar.
- Valrrepiso. Paraje situado en la ladera meridional de la Sierra junto a una antigua corriente de agua, por el actual Pozo del Cojo.
- Instrumentos de sílex. Cerámica negra y teñida en rojo o amarillo (algunas piezas están perforadas denotando su uso para la fabricación de requesón). Flechas de metal y punzones de punta prismática.
- La Atalaya. Cerro por la carretera a El Toboso y cerca del Santuario de la Virgen de Criptana
- Restos de construcción, que posiblemente sean de una antigua torre vigía. Abundante tierra de ceniza y cerámica manual negruzca. Fosas excavadas en roca.
La Atalaya
- El Real. Paraje sobre una pequeña loma, al norte del Santuario de la Virgen de Criptana y a corta distancia de la Atalaya.
- Instrumentos de sílex y restos de cerámica campaniforme. Pero lo importante es su campamento romano como veremos más adelante.
- Montón de Trigo. Montículo junto al Arroyo de San Marcos y cerca de la Laguna de Salicor.
- Restos de cerámica campaniforme. Indicios de un pequeño castro celta. Punzones de metal y restos de muñequeras para proteger el antebrazo cuando se utilizaba un arco. Enterramientos. Está aislado y desde él hay buena visibilidad del entorno, por lo que en época islámica se construyó una torre de vigilancia como lo atestiguan los restos de murallas perfectamente visibles.
- Senda de los Cantareros. Empieza en la carretera que va de Alcázar de San Juan a Quero y termina por la carretera de Criptana a El Toboso, más allá del Cerro Lobero. Es el mejor camino para desplazarnos por los parajes cercanos a la Laguna de Salicor.
- Petroglifos o grabados rupestres hechos en enormes piedras junto a la Laguna Salicor, de los que el mejor conservado muestra varios signos dentro de un cerramiento circular con metro y medio de diámetro. El desconocimiento de su significado ha dado lugar a interpretaciones y procedencias fabulosas, de tal manera que se la conoce popularmente como la “piedra del ovni”, por conjeturar que tuviera un mensaje oculto venido de otros mundos.
El Petroglifo (Piedra del Ovni) en la Senda de los Cantareros
Petroglifo en la Senda de los Cantareros
Dibujo del Petroglifo en la Senda de los Cantareros
- Pozos de Villalgordo. Entorno a los pozos de la antigua carretera al Cristo, junto a San Isidro.
- Restos de sílex, cerámica y otros diversos que marcan una amplia secuencia de ocupación desde la Edad del Bronce a la Edad Media, y que existió hasta que en el siglo XIV los habitantes de este pequeño núcleo de población, conocido como Villalgordo, abandonaron este lugar para unirse a los que formaron el actual Campo de Criptana.
- Hondonadas del Cristo de Villajos. En donde luego se situaría el pueblo de Villajos y junto al hoy santuario.
- Restos de cerámica negruzca de la Edad del Bronce. Campos de urnas funerarias celtas, enterramientos celtíberos y objetos y útiles de la época junto con otros de tiempos posteriores como cerámica a mano y a torno, cuchillos de hierro, fragmentos de lanzas y fíbulas (broches).
Asentamiento humano en la Edad del Bronce
- Cerro de la Virgen
- Restos de la edad del Bronce. En lo alto del cerro se asentó una antigua población prerromana, posiblemente Cértima, que tuvo continuidad hasta la época medieval con el nombre de Chitrana (Criptana). La amplia visibilidad que desde el cerro se tenía de las zonas circundantes, facilitó que en su cima se erigiera una fortificación importante en épocas posteriores, el castillo de Chitrana.
- Motilla del Juez. Al sur del río Záncara, por la zona en que limitamos con Alcázar de San Juan y con Argamasilla de Alba.
- Ante la gran escasez de agua en esta época, proliferaron en La Mancha las motillas. Consistían en un montículo artificial situado sobre el acuífero y en el que se perforaba un pozo hasta llegar al nivel freático. Se protegía con una fortificación más o menos grande con forma de laberinto circular y con una gran torre vigía en el centro. A veces servía también como silo para cereales o para recoger ganado. Alrededor se establecían los asentamientos humanos. La más grande y mejor conservada es la Motilla del Azuer en Daimiel. La única que se sabe hubo por los alrededores de nuestro pueblo y totalmente desaparecida es la Motilla de Juez que al parecer tenía una fortificación de unos 20 metros de diámetro. Si existe el paraje de la Huerta del Juez por la zona.
Paraje de la Huerta del Juez
Motilla de Azuer
Edad del Hierro
- Palomar de Treviño. Dentro de la finca Huerta de Treviño, cerca del Santuario del Cristo de Villajos.
- Fue un asentamiento sobre un montículo de unos nueve metros de altura y rodeado de un muro situado a unos tres metros de distancia, el cual, en algunos sectores todavía se mantiene en pie. Se ha encontrado abundante cerámica a mano y a torno. También fuyasolas (contrapesos para husos de hilar) y dientes de hoz. El palomar, que da nombre a la pequeña colina, aunque de interés etnográfico, es posterior, posiblemente del siglo XIX. El paraje también es conocido como el "Valle de los deseos".
Palomar de Treviño
Palomar de Treviño
Tiempo de los romanos
- Cértima. Posiblemente en el Cerro de la Virgen.
- Ya existía en tiempos de la Edad del Bronce y en el año 180 a. C. fue conquistada para Roma por Tiberio Sempronio Graco. Si es cierta esta conjetura, la población luego pasaría a ser Chitrana (Criptana), que es la que llegó a época medieval, desapareciendo cuando sus habitantes abandonaron el cerro para integrarse con los del Campo y formar la actual Campo de Criptana.
- El Real. Campamento Romano. Paraje sobre una pequeña loma muy cerca del Cerro de la Virgen por el norte, a unos 800 metros.
- Dos campamentos romanos, de los que sólo se conservan los muros exteriores y no completamente. El primero, de planta cuadrada, levantado posiblemente en la campaña de Tiberio Sempronio Graco para asaltar Cértima (en el Cerro de la Virgen) en el año 180 a.C. El segundo, de planta rectangular y esquinas redondeadas, de fecha muy posterior, quizá como base de operaciones por la zona.
Restos del campamento romano de El Real
Muro sur del campamento romano de El Real. Al fondo, el Cerro de la Virgen de Criptana
- Alces. Probablemente en el paraje de La Hidalga, más allá del Santuario del Cristo De Villajos y dentro de la Reserva natural de Salicor.
- Gran número de restos de varias épocas: cerámica diversa, instrumentos de sílex y metálicos, molinos de rotación, tejas, pesas de telar, una necrópolis celtibérica, monedas, broches, vidrio, una especie de ídolo en bronce de la época romana, un pozo de mampostería con el fondo cubierto con grandes losas romanas, cimientos de lo que parece ser un pueblo destruido, restos de antiguas construcciones…
Restos arqueológicos encontrados en La Hidalga y que se exponen en el Museo Municipal del Pósito
- Esta profusión y variedad de restos encontrados da pie a pensar que aquí hubo un asentamiento humano al menos desde la Edad del Cobre, que dio lugar a una población prerromana, celtibérica, de gran importancia, la que sin duda los romanos llamaron Alces.
- En el año 179 a.C. el pretor romano Tiberio Sempronio Graco, tras conquistar antes la población prerromana de Cértima, la luego Chitrana (Criptana), en el Cerro de la Virgen, entró en Alces derrotando a las tropas celtíberas que la protegían.
Alces, Villajos, el campamento romano en El Real, Cértima y Posadas Viejas. Con puntos rojos, las poblaciones actuales. La carretera que cruza la zona es la calzada romana de Laminio (Alhambra, de Ciudad Real) hasta Titulcia, cerca de Madrid
- Alces tuvo que perder mucha de su importancia tras la conquista romana ya que la cerámica de época posterior es escasa, así como las monedas encontradas. Se desconoce cuándo fue despoblada.
- En 1917 aún se conservaban restos inequívocos de una antigua ciudad romana, como se comprueba en la fotografía realizada en ese año durante la visita que realizó el académico de la historia D. Antonio Blázquez acompañado de varios personajes, entre los que se encontraban don Faustino López, alcalde de Criptana por aquel entonces, y don Domingo Miras Reche, director de la Escuela del Pozo Hondo. Afirmó el académico que sin lugar a dudas eran de la antigua Alces. Lamentablemente, todo ha desaparecido. La roturación masiva para plantar cereal, pero sobre todo la desidia de los que tuvieron obligación de mantenerlos han tenido la culpa.
Visita del académico de la historia D. Antonio Blázquez en 1917 a los restos prehistóricos aún existentes en La Hidalga
- Hondonadas del Cristo de Villajos.
- Como ya se ha indicado en la Edad del Bronce, aquí hubo un asentamiento humano con gran cantidad de restos, sobre todo enterramientos. Y en época romana se constituyó un núcleo de población importante, el antiguo Villajos. que desapareció en el siglo XII al trasladarse sus habitantes a Chitrana. La despoblación posterior del Cerro de la Virgen para engrosar la villa de El Campo sería el origen de la actual Campo de Criptana. Sobre las ruinas de la iglesia de Villajos se erigió en el siglo XVII el Santuario del Cristo de Villajos, que ha llegado hasta nuestros días.
- Posadas Viejas. Puente de San Benito.
- El antiguo pueblo de Posadas Viejas estaba en las cercanías del Puente de San Benito, y ya allí hubo un entorno habitado desde época romana. Se despobló por el siglo XIV, pasando el vecindario a formar parte del actual Campo de Criptana. Se han encontrado restos de cerámica y metal, destacando un ánfora de grandes dimensiones.
- También de época romana es un puente sobre el río Záncara, del que quedan algunas piedras en la base del puente actual, reconstruido entre 1798 y 1806. Era el antiguo puente paso de la calzada romana que unía Laminium (actual Alhambra) con Titulcia.
- Al parecer, cerca hubo una ermita que debió servir como iglesia para Posadas Viejas, y que estaba dedicada a San Benito. La ermita se mantuvo después de desaparecido aquel pueblo, y San Benito, con el tiempo, dio nombre al paraje y al puente.
Ánfora encontrada por la zona en donde estuvo el pueblo de Posadas Viejas, junto al Puente de San Benito
- La calzada romana. Eran las calzadas los caminos usados por Roma para la organización de su imperio, para la movilización de sus ejércitos, para el transporte de mercancías y para la difusión de su cultura por el mundo occidental
- Por Campo de Criptana pasaba la calzada que de Laminio (Alhambra, de Ciudad Real)) llegaba hasta Titulcia, cerca de Madrid, y ahí enlazaba con la Emérita Augusta (Mérida) a Caesaraugusta (Zaragoza). Cuando en el año 1917, el académico de la historia don Antonio Blázquez nos visitó para certificar que las ruinas que entonces se conservaban en La Hidalga eran de la antigua ciudad celtibérica que los romanos llamaron Alces, también comprobó la existencia de dicha calzada romana, que hoy lamentablemente ha desaparecido. Desde Alhambra, por el sur, nos llegaba la calzada desde las inmediaciones de Argamasilla de Alba, pasaba cerca de Arenales, entraba por el puente de San Benito y llegaba por La Poza y San Isidro (todo son nombres actuales) hasta la zona de Villajos. Continuaba por el norte, posiblemente por el camino de Madrid, hasta Alces y, desde allí, a Titulcia. Por la zona de Villajos salía un ramal (algunos historiadores lo sitúan más al sur) que servía de enganche a otra calzada que unía por Consabura (Consuegra) a Toletum (Toledo).
Zona central de la Hispania romana. En rojo, la calzada Laminio-Titulcia. En ocre, el ramal a Toletum
Calzada romana
- El Villar. Paraje entre la carretera a El Toboso y el Cerro Lobero.
- Restos de origen celtibérico y de la época romana.
Tiempo de los visigodos
- Villajos, Cértima (Chitrana y luego Criptana) y Posadas Viejas. Fueron los únicos poblados antiguos de entidad que pervivieron en esta época.
- En Villajos se ha encontrado una pila bautismal visigótica.
- En Cértina (Cerro de la Virgen) se erigió una fortaleza que perteneció a un noble visigodo de Urda.
Tiempo de los árabes
- Villajos, Chitrana y Posadas Viejas. Se mantienen las poblaciones antiguas, que quedan bajo la esfera de la ciudad de Toledo, tanto durante el califato como durante la Taifa de Toledo.
- Villajos. Los materiales cerámicos encontrados denotan la presencia musulmana a partir del siglo IX, con una mayor población en el XI.
- Los Pareazos del Cristo
- El antiguo pueblo de Villajos, como otras ciudades y villas conquistados por los musulmanes, fue rodeado por una fortaleza construida posiblemente en el siglo XI o anterior, y de la que a principios del XX aún había grandes restos de su existencia. El tiempo y el despoblado en el siglo XIII de la zona fueron casi acabando con ella. La que más tiempo se conservó fue la parte oriental, conocida como los “Pareazos del Cristo”, o también como “Los Toriles”, pues para eso babían servido durante siglos en las corridas y novilladas que anualmente se celebraban dentro del recinto. La ermita del Cristo de Villajos, construida hacia 1663 sobre las ruinas de una antigua iglesia parroquial del pueblo, estaba casi adosada a estos muros orientales de la muralla. Eran en realidad dos muros paralelos separados unos cuatro o cinco metros aproximadamente, el exterior ya caído a principios del siglo XX y el interior que se mantenía con sus arcadas. Tenían una altura de unos tres metros y una anchura entre un metro y metro y medio. Las partes exteriores eran de piedras irregulares trabadas con yeso y rellenas en su interior con tierra, pequeñas piedras, cascotes y restos cerámicos ligados con barro. Sólo las esquinas y los arcos tenían algunas piedras de sillería para dar más consistencia.
Pero, desgraciadamente, alguien, hace unos años, tuvo la feliz idea de derribar estos pareazos, testigos de un tiempo pasado. Su desaparición es todo un homenaje a la desidia, la estupidez y la infinita incultura de todos los que fuimos testigos de cómo se nos fue cayendo el patrimonio, piedra a piedra, y no hicimos nada para evitarlo.
Pareazos del Cristo
Chitrana. Se agranda considerablemente la fortaleza o castillo en el alto del Cerro.
Chitrana
- Huerta del Bajo. Cerca de la Huerta Treviño, al norte del pueblo, en una cañada por el camino de la Puebla, a la derecha de la ermita del Cristo de Villajos. El pozo en el exterior de la finca se cree que es de origen mozárabe.
Pozo que se cree mozárabe en la Huerta del Bajo en invierno. Tiene cuatro brocales a ras del suelo
- Montón de Trigo. Junto al Arroyo de San Marcos y cerca de la Laguna de Salicor. Se construye una atalaya defensiva como lo atestiguan los restos de murallas perfectamente visibles.
Montón de Trigo
Reconquista. Fin de nuestro pasado más remoto
- Cerro del Cristo. Frente al santuario y coronado con una gran cruz. Se erige una torre vigía de la Marca Media durante la reconquista de estos territorios por los cristianos, y desde donde se puede comunicar con otras torres.
Cerro del Cristo
- Chitrana, Villajos, Posadas Viejas, El Campo…
- Durante el proceso de reconquista iniciado en la región por Alfonso VI con la toma de Toledo en el año 1085, Chitrana, Villajos y Posadas Viejas pasan de manos musulmanas a cristianas y viceversa en varias ocasiones según las vicisitudes de la guerra.
- En el año 1097, el rey moro de Denia se refugia en él castillo de Chitrana tras derrotar a Alfonso VI en la Batalla de Consuegra.
- Después de los estragos de guerras de conquista y reconquista, en el año 1162, el rey Alfonso VII entrega Chitrana, Villajos, Posadas Viejas y otras poblaciones a la Orden de San Juan, para que las repoblara, tarea para la que es comisionado el caballero mozárabe toledano Miguel Assaraff.
- En 1212, tras la victoria cristiana en la batalla de las Navas de Tolosa, la frontera castellana se situó al sur de Sierra Morena y quedo consolidada la Reconquista de las comarcas manchegas.
La Reconquista entre los años 1157 y 1212
- Dice la tradición que un lunes de Pascua de Resurrección del año 1222, a los pocos años de expulsados los árabes, un labrador de Villajos llamado Alonso Miguel, junto con su mujer, subieron al cerro del castillo de Chitrana, mientras la yunta de mulas descansaba de las faenas de arado en una tierra que dicho matrimonio poseía en la ladera de dicho cerro, sin pensar que iban a ser protagonistas de un portentoso suceso, ya que a la vista de ambos apareció, rodeada de luz singular, la imagen de Nuestra Señora, oculta quizá durante los años de la dominación árabe por temor a un posible sacrilegio.
- En 1237, por un acuerdo con la Orden de San Juan, se reordena el territorio y Chitrana, Villajos y Posadas Viejas pasaron a la Orden de Santiago.
- Es muy posible que junto al Castillo de Chitrana se levantara por estos años una pequeña ermita para dar culto a la imagen encontrada de Nuestra Señora.
Estampa antigua de la Imagen de la Virgen de Criptana. No es la encontrada por el matrimonio de labradores en 1222, que debió destruirse por algun hecho de guerra posterior. Ésta, de origen italiano, sin manto, se trajo a principios del siglo XVI y también desapareció, quizá en un incendio, pues no es la que llegó hasta la Guerra Civil, igualmente perdida. La actual es una réplica que se hizo en 1940, obra del escultor valenciano Federico Zapater
- Entre los siglos XIII y XIV hubo una serie de hambrunas epidemias y pestes que llegaron a diezmar las poblaciones de manera alarmante, tanto que algunas llegaron incluso a desaparecer y a despoblarse. Dentro de nuestro entorno, la primera que lo hizo fue Villajos, cuyos pocos habitantes se trasladaron a Chitrana.
- Hacia el 1300 se creó una nueva población denominada «El Campo», nacida inicialmente sobre una pequeña fortaleza situada en el «cerro de la Paz», que cumplía la función de avanzadilla del castillo de Chitrana. Sus mejores condiciones de salubridad ayudaron también a que a partir de 1328 pronto absorbiese los habitantes de su villa originaria Chitrana (Criptana), así como Posadas Viejas y otras de menor importancia. La nueva entidad pasó a denominarse Campo de Criptana
En el cerro de la Paz, junto a una fortificación, se formó la población de El Campo, que dio lugar al actual Campo de Criptana...
- El Castillo de Chitrana parece ser que fue derribado en tiempos de Enrique IV, pero vuelto a reedificar. En 1477, su dueño y señor era don Juan Pacheco, maestre de la Orden de Santiago y partidario de Juana La Beltraneja, hija legítima y heredera de Enrique VI, en la guerra que sostuvo con Isabel La Católica por el trono de Castilla, por lo ésta mando de nuevo abatirlo, ya definitivamente.
- En 1511, la ermita de la Virgen de Criptana estaba en tan mal estado, que se erige el santuario actual, con grandes modificaciones desde entonces a lo largo de los años, aprovechando los muros y restos de construcción que aún quedaban del Castillo de Chitrana.
- La Virgen de Criptana fue declarada patrona del pueblo en 1547.
Ascenso a... Chitrana
- La iglesia del desaparecido Villajos, que se mantuvo durante muchos años después casi en descampado, estaba bajo la advocación de Nuestra Señora de Villajos. Hacia 1663, sobre ella, en estado bastante ruinoso, se levantó la ermita santuario actual en el que se entronizó la efigie del Cristo de Villajos, que Campo de Criptana adoptó como copatrono en 1669, y que quizá para que atrajera más la devoción de las gentes, se retiró la de la Virgen.
Imagen antigua del Cristo de Villajos, tallada en Alcázar de San Juan hacia 1663 y desaparecida durante la Guerra Civil. La actual es una copia, también como la de la Virgen, de Federico Zapater
- La imagen de Nuestra Señora de Villajos es la descubierta emparedada en la restauración del santuario que se hizo en 1982. Es sedente, en un estilo románico de transición, en su día policromada, tallada de manera tosca —el rostro, quizá por mano más diestra— en un tronco de árbol, probablemente de álamo o de algún frutal, la Virgen sostiene entre los dedos de su mano derecha una pequeña bola y sujeta al Niño, que se sienta sobre su regazo mientras levanta la mano para bendecir. Hoy recibe culto en la Iglesia Parroquial...
Nuestra Señora de Villajos
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