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83     PARAJES Y CONSTRUCCIONES DE INTERÉS

stos son algunos lugares, casas, construcciones y monumentos que considero de importancia en Criptana y de los que no he hecho en los apartados anteriores una mención suficiente.

El Albaicín

La ascensión a pie a la Sierra de los Molinos a través del albaicín criptanense, fruto del asentamiento a finales del siglo XVI de familias moriscas procedentes del reino de Granada, entre casas encaladas de blanco cegador —algunas en típicas cuevas horadadas en la falda de la colina— con su zócalo de color añil, tramos de fuerte pendiente, escalerillas y recovecos, no es muy larga pero sí en algunos tramos penosa. El esfuerzo merece la pena al llegar a la planicie, allí donde El Burleta se yergue como hito principal del conjunto molinero bajo un cielo purísimo de azules intensos.


Albaicín
Albaicín

Las casas-cueva que algunas hoy han sido recuperadas para usos particulares o relacionados con el turismo, en tiempos sirvieron de vivienda para clases humildes, por lo que todo este barrio, medio en plan despectivo medio en plan de guasa, era conocido como el de los cueveros. La palabra cuevero, de uso sólo en Criptana, se aplicaba a todos los del barrio, vivieran o no en cuevas, y se aplica también con crueldad y por extensión para poner a cada uno en su sitio (estatus social de baja condición) y a los horteras, ordinarios, vulgares o de mal gusto.

Virgen de la Paz,
hermosa patrona de los cueveros,
dadnos fuerzas en las uñas
aunque no nos des dinero.

Albaicín
Albaicín

Cruz de Santa Ana

Junto a la ermita de Santa Ana, en la plazoleta del mismo nombre, hay una cruz grande que dice la tradición sirvió de división entre el barrio de los cristianos viejos y el de los cristianos nuevos, los moriscos del Albaicín. Allí comienza la pendiente más pronunciada que lleva a la Sierra de los Molinos.


Cruz de Santa Ana
Cruz de Santa Ana en otros tiempos

Cueva de Mambrino

Situada en la calle Barbero, en el Albaicín, en el límite con la Sierra. Alberga un taller de arte y museo iconográfico del Quijote realizado por el artista ya fallecido Eloy Teno Díaz, que daba vida al hierro en figuras y murales. Hoy, el hijo de Eloy, Xema Teno, perpetúa el legado de su padre y continua con su misma labor artística.


Entrada a la Cueva de Mambrino
Entrada a la Cueva de Mambrino

Museo de Sara Montiel

En el molino Culebro en plena Sierra. Fue acondicionado como tal en 1991, cuando la manchega universal fue nombrada hija predilecta de Campo de Criptana, con recuerdos, fotografías, vestidos, objetos personales y hasta el piano de cola blanco que aparecía en su película El último cuplé, todo ello cedido por la artista. Fue reformado en 2021.


Museo de Sara Montiel
Museo de Sara Montiel

Cueva de la Despensa, ahora rebautizada como Casa Cueva Pastora Marcela

En el Albaicín, en la glorieta de la Virgen de la Paz y cerca del molino Sardinero. Consta de patio de entrada descubierto, comedor con chimenea, despensa, dormitorio, cuadra y otras dependencias destinadas a guardar los aperos de labranza. Este museo, reformado en 2021, muestra cómo era la vida en una de estas casas cuevas escavadas en la roca. En su interior se conserva el mobiliario original y, a través de paneles, se explica cómo se hacían estas construcciones, quiénes vivían en ellas, su historia y hasta un mapa de las casas cuevas que aún se conservan en Criptana, alrededor de 300. Se le ha dotado con un anexo en la planta superior donde se muestran fotografías de la época en la que estas casas estaban habitadas. Su nuevo nombre, según mi parecer, causa algún tipo de equivoco con la antigua y verdadera Cueva de la Marcela que convirtió el pintor Brancisco Valbuena en bar por los años 60, luego en discoteca famosa y ahora queda englobada dentro del conjunto del Restaurante Las Musas.


Cueva La Despensa
Cueva Pastora Marcela

Cueva La Despensa
Cueva Pastora Marcela

Cueva La Despensa
Cueva Pastora Marcela

Mirador de la Sierra

Frente a la ermita de la Virgen de la Paz se encuentra el mirador natural donde se divisa todo el pueblo y la inmensa e infinita llanura manchega.


Panorama desde el Cerro de la Virgen de la Paz
Panorama desde el Cerro de la Virgen de la Paz

Cueva-silo del Molino Infanto

En la Sierra de las Molinos, al pie del Infanto, servía a los molineros para almacenar el trigo y luego se convirtió en humilde vivienda. Perdió su utilidad a finales de la década de los 60 y ha sido rehabilitada. Su interior se divide en dos habitaciones, la más próxima a la entrada cuenta con una chimenea y la del fondo con un pequeño pesebre.


Cueva-silo del molino Infanto
Cueva-silo del molino Infanto

Las Musas

En plena Sierra de los Molinos, Las Musas, local sucesor de la discoteca del mismo nombre, de tanto éxito por los años 80, y que engloba también el ámbito de la antigua Cueva de la Marcela que abriera Francisco Valbuena como bar por los 60.

Un enclave mágico que es restaurante, discoteca, bar y terraza, con una oferta cultural amplia y sorprendente.


Las Musas/Cueva Marcela
Las Musas/Cueva Marcela

Cueva de la Martina

En la misma Sierra de los Molinos, otra vivienda cueva del siglo XVI, excavada en la roca y habilitada como restaurante, y que aún mantiene con los mismos nombres e historia las dependencias originales, acogedoras y cálidas en invierno y frescas cuando la calor.


Cueva de la Martina
Cueva de la Martina

Antiguo ESART (Espacio de Artesanos), ahora rebautizado como Centro de Iniciativas Turísticas

En la calle Rocinante, 39, en la Sierra de los Molinos. Incluye el Centro de Interpretación de los Molinos de la Mancha, la Oficina de Turismo, y los antiguos museos muy reformados dedicados a Eloy Teno, con esculturas y murales en hierro de tema quijotesco; a Severiano Lucas, que fue carretero y herrero y empezó a construir maquetas de carros después de jubilarse, y a Antonio Manjavacas, con construcciones en alambre.


Centro de iniciativas Turísticas
Museo del Carro de Severiano Lucas

Centro de Iniciativas Turisticas
Entrada al Centro de Iniciativas Turísticas por la parte de la Sierra

Centro de Iniciativas Turisticas
Centro de Iniciativas Turísticas. El visitante puede conocer la historia de los molinos de viento, los diferentes tipos de molinos
que existen, la maquinaria que utilizan para moler la harina, sus diferentes elementos, la importancia que tuvieron para la
economía de La Mancha y su vínculo con El Quijote

Existe una guía oficial de los molinos de viento, Molinos de La Mancha. Gigantes del Quijote, que ha sido elaborada conjuntamente por el arqueólogo Miguel Ángel Hervás Herrera y nuestro paisano, Juan Bautista Sánchez Bermejo, restaurador molinero. Ofrece una perspectiva histórica sobre nuestro gigantes y detalles pormenorizados de su tecnología.

Nuevas actuaciones en el entorno de los molinos

Acceso peatonal adoquinado e iluminado a la Sierra de los Molinos, desde el aparcamiento junto al Depósito de Aguas hasta la plataforma molinera, ahora libre de coches.


Acceso peatonal a la Sierra de los Molinos
Acceso peatonal a la Sierra de los Molinos

Acceso peatonal a la Sierra de los Molinos
Acceso peatonal a la Sierra de los Molinos

Mirador en la calle Rocinante. Se contemplan vistas panorámicas de Criptana y de la llanura manchega. En las obras se descubrieron 7 nuevas casas cuevas que han sido restauradas.


Mirador en la calle Rocinante
Mirador en la calle Rocinante

Restauración y consolidación de las ruinas de los molinos históricos Castaño, Paletas y Burillo, ahora iluminados.


Molino Castaño iluminado
Restos del molino Castaño y de la cueva silo iluminados

Mural con motivos quijotescos en el Depósito de Aguas, en la Sierra de los Molinos

Realizado por Miguel Valbuena e inaugurado en mayo de 2022. Recoge dibujos clásicos de su padre Francisco, de su hermano Paco e incorporaciones propias. Reivindica el sello inconfundible de la familia Valbuena.

Otros murales de Miguel se encuentran en la Escuela de Catadores, en la Casa de la Cultura, en la escuela de la calle de la Virgen, en la Cooperativa del Carmen…


Mural en el depósito de Aguas
Mural de Miguel Valbuena en el Depósito de Aguas

Mural en el depósito de Aguas
Otra fotografía del Mural en el Depósito de Aguas

Mural en la Cooperativa del Carmen
Mural de Miguel Valbuena en la Cooperativa del Carmen

Casa de los Tres Cielos

En el Albaicín, en la Cuesta de la Virgen de la Paz, es una antigua vivienda cueva restaurada y convertida en una magnífica casa rural. Fue la primera de este tipo que abrió en la zona y la más popular. Luego han ido abriendo otras: Casa del Abuelo José, Casa el Yelmo de Mambrino, Casa del Bachiller, Casa del Caño, Casa La Maquica, casa Albaicín Criptanense…


La Casa de los Tres Cielos
La Casa de los Tres Cielos. Entrada por la calle de la Libertad

Aldea de San Roque

El barrio o aldea de San Roque, en la vaguada oriental de la Sierra de los Molinos, constituyó hasta principios del siglo XX un enclave apartado en el que varios centenares de personas llenaban de vida las cuevas, algunas casas de labor y huertos diseminados en torno a la ermita de San Roque. De todo aquello sólo queda algún topónimo (calle de los Huertos), cuatro brocales de agua dulce (pozos de la Guindalera), unos pocos huertos sobreviviendo a duras penas, la ermita en última fase de ruinas y unas cuantas encinas centenarias.


Antigua fotografía de la aldea de San Roque
Antigua fotografía de la aldea de San Roque

Calle de los Huertos
Final de la calle de los Huertos. A la derecha, los pozos de la Guindalera

Ruinas de la ermita de San Roque
Ruinas de la antigua ermita de San Roque

Fuente del Caño

La ubicación de Campo de Criptana en altura, en plena ladera, se debe a la existencia de abundantes recursos hídricos en comparación con el entorno, pues la Sierra de los Molinos aparece salpicada de manantiales, como es el de la Fuente del Caño, que desde tiempo inmemorial brota y abastecía de agua potable a la población, principalmente a la zona del Albaicín. Ha tenido varias reformas a lo largo de los años, la última no demasiado afortunada según mi parecer.


El Caño
El Caño

El Caño en etapas anteriores
Una de las reformas que tuvo la Fuente del Caño en épocas anteriores y tal vez la mejor

La Fuente del Moco

La Fuente del Caño era muy concurrida a todas horas, casi siempre había que hacer cola y no era raro que hubiera sus pequeños altercados. Algo se solucionó en 1914 construyendo un canal desde el Caño hasta la plaza del Pósito, con una fuente con forma de cabeza de león. Villajos Lucas, en su libro Memorias, vidas y costumbres de Campo de Criptana, editado por la Asociación Encinares Vivos de La Mancha, comenta que los chicos iban a beber y a "guarrear" y pasó por allí don Bernardo Gómez, el boticario y director de la Banda de Música, que al ver a todos los mocosos arremolinados tuvo el ingenio de bautizar a la nueva fuente como "Fuente del Moco", que ha pasado a la posterioridad incluso en su nueva ubicación junto a las "escalerillas" de subida al Cerro de la Paz allá por los años 60.


La Fuente del Moco en la calle del Caño antes de la última reforma
La Fuente del Moco en la calle del Caño antes de la última reforma

En la plaza del Pósito se colocó en su lugar otra fuente también desaparecida con amplia pileta y busto en bronce de don Bernardo, el que preside actualmente el auditorio al aire libre de la plaza de Don Ramón Baillo.


Fuente y pileta, con el busto de don Bernardo Gómez, que sustituyó en el Pósito a la antigua del Moco
Fuente y pileta, con el busto de don Bernardo Gómez, que sustituyó en el Pósito a la antigua del Moco

Casa del Conde de las Cabezuelas

Situada en la Plaza Mayor 3, es una mansión señorial, de grandes dimensiones, con varios patios interiores y cuerpos menores dedicados a dependencias agrícolas. Data del siglo XVII. En su fachada principal (Rincón del Conde), muy espectacular y casi un escenario teatral, destacan una interesante balconada de madera y la portada en piedra, con restos de decoración pintada muy deteriorada, otro balcón principal con barandilla de forja y el escudo de la familia de los Baíllo, uno de cuyos miembros, Gregorio Baillo de la Beldad y Cárdenas, fue titulado Conde de las Cabezuelas a finales del siglo XVII por el rey Carlos II. En el portón de entrada, es curiosa la altura tan exagerada de las aldabas, apropiada para que los señores llamasen a la casa sin apearse de los caballos. El abandono sufrido durante los últimos años ha deteriorado notablemente su estado.

El título de Conde de las Cabezuelas ha ido pasando de generación en generación en la estirpe de los Baillo hasta la muerte sin descendencia del noveno conde, Juan Baillo y Henríquez de Luna (1924-1992). El actual portador del título es Jaime Ramón Bertrán de Lis Larrea Baillo, también marqués de Bondad Real y Grande de España, muy alejado y distante de las ambientes e inquietudes de nuestro pueblo, causa, entre otras no declaradas o desconocidas, por la que la familia Baillo cedió en 2018, tras largas gestiones, la propiedad del edificio al Ayuntamiento de Criptana. Se pretende rehabilitarlo para que pueda albergar el Archivo Histórico Municipal, además de para otros usos culturales.


Casa del Conde
La Casa del Conde
El Pósito

Se encuentra en la plaza del Pósito, fue construido a principios del siglo XVI y su evolución como institución es conocida a través de documentos conservados en el Archivo Municipal desde 1548. Era almacén de grano con una doble función: realizar préstamos en especie a los agricultores y regular el mercado del trigo para evitar o atenuar posibles conflictos sociales.


El Pósito
El Pósito, hoy Museo Municipal

Fue ampliado en el siglo XVIII —su época de apogeo— durante el reinado de Carlos III. Tras la guerra de la Independencia comenzó su declive y, tras diversos avatares, pasó a ser propiedad municipal en 1991. Su restauración para albergar actividades culturales concluyó en abril de 1996. Hoy es Museo Municipal.


Escudos en la portada del Pósito
Escudos en la portada del Pósito

Es una construcción en piedra (mampostería y sillar), de planta irregular, en dos alturas, en la que destaca la portada, con arco de medio punto enmarcado con una ornamentación de raíz plateresca consistente en dos pilastrillas que, siguiendo antecedentes mudéjares, quedan colgadas y sostienen una ligera cornisa sobre la que se levanta un ático decorado por tres escudos: en el centro el Escudo Imperial de Carlos I circundado por el Toisón de oro y flanqueado por dos de menor tamaño con la cruz de la Orden de Santiago bajo cuya jurisdicción estuvo la villa de Campo de Criptana.

Casa de la Tercia

Es un edificio de una planta de aspecto robusto, cubierta de teja árabe y muros de mampostería que se levanta en la esquina de la calle de la Concepción con la plaza de la Tercia. Presenta grandes sillares de piedra arenisca rojiza que se encuentra también en otros monumentos de la localidad. Data del siglo XVI y era el lugar donde se depositaban los diezmos, contribución que los agricultores debían pagar a la Iglesia (en Criptana a la Orden de Santiago) y que consistía en un diez por ciento de los frutos que se producían, abonándolos en especie, es decir con el propio producto cosechado. También de productos elaborados como queso vino, aceite y otros.


Casa de la Tercia
Casa de la Tercia

La palabra "tercia" venía del hecho de que una vez que se recogía este impuesto, se dividía en tres montones, llamados tercias, que se entregaban: una al Obispo, otra al Cabildo diocesano y otra al clero local.

Casa de la Torrecilla

Construida a finales del siglo XIX y perteneciente en su día a la familia Irisarry-Baíllo, ha sido rehabilitada por varias escuelas taller y convertida en Hospedería. Es admirable el zaguán, el patio y las escaleras. Se encuentra situada a escasos metros de la Plaza Mayor, en la esquina entre las calles del Cardenal Monescillo y Cervantes, en pleno centro de la localidad.


Casa de la Torrecilla
Patio de la Casa de la Torrecilla

Casa de Don Miguel

Data de finales del siglo XIX y fue construida en el número 30 de la calle Castillo según proyecto de su propietario don Miguel Henríquez de Luna. La entrada es por un lateral a través de un pequeño jardín, con gran verja de hierro, cancela para vehículos, puerta para peatones y un pequeño pabellón para el guarda en la fachada a la calle. En la planta baja, estuvo instalado durante muchos años el Banco Español de Crédito. Es un bello ejemplo de la arquitectura modernista en la comarca, con algunos detalles historicistas, y en él destacan su patio a la manera típica andaluza, el mirador sobre dos esbeltas columnas de fundición, su gran escalera de mármol y un magnífico vitral de san Miguel Arcángel.


Casa de don Miguel Henríquez de Luna
Casa de don Miguel Henríquez de Luna

Casa de Castilla

En la calle de la Virgen 20. Del siglo XVII, pero muy modificada. Importante balcón de trazado curvilíneo con jabalcones, barandilla de forja y hueco enmarcado con pilastras y dintel de piedra arenisca roja, rematado por un gran escudo que se inserta en la gran cornisa curva, al igual que otros cinco balconcillos con rejería también ondulada. El escudo pertenece a don Melchor de Castilla-Portugal y Zuñiga-Mendoza, noble avecindado en nuestro pueblo a finales del siglo XVII.


Casa de Castilla
Casa de Castilla

Casa solariega de los Treviño

En la calle de la Virgen 7. Del siglo XVII. Enorme caserón con portada de piedra arenisca roja, balcones en la planta superior y ventanas con rejas en la inferior. El antiguo portón a las dependencias agrícolas anejas se clausuró, pues hoy todo el edificio está ocupado desde 1987, tras múltiples reformas, por el Monasterio de Monjas Concepcionistas. Tiene trasera a la calle Murcia.

Los Treviño se asentaron en Ciudad Real en tiempos de Juan II, y la rama de Campo de Criptana se estableció cuando don Francisco Treviño y Guarnizo se casó en 1629 con doña María Josefa María Baíllo de la Beldad y Torres-Pacheco. Y fue doña Piedad Treviño y Suárez de Figueroa, descendiente de ellos y casada con Don Ramón Henríquez de Luna y Baillo (todos hemos conocido la casa como la de don Ramón) quien la donó en 1981 a las monjas.


Casa de los Treviño
Casa de los Treviño

Casa de Peña Carrillo

En la calle Cervantes 22. Del siglo XVIII. Muros de mampostería sin enfoscar. Pequeño alero con canecillos de madera. Portada de piedra arenisca roja, con balcón superior sobre jabalcones y escudo de piedra caliza. Dos balcones menores a ambos lados y varias ventanas con bella rejería.

Fue don Francisco Peña Carrillo y Acuña quien se estableció en Criptana a mediados del siglo XVIII.


Casa de Peña Carrillo
Casa de Peña Carrillo

Casa de doña Mariana Granero

En la calle General Pizarro 4. Destaca su bello mirador modernista, en piedra y cristaleras policromadas. El resto de la fachada mantiene el tono modernista con el uso combinado de decoración floral y motivos geométricos sencillos, y con el diseño de las rejas de las ventanas de la planta baja.


Casa de doña Mariana Granero
Casa de doña Mariana Granero

Casa de los Millán Alarcón

En la calle de Santa Ana 25. Destaca su portada de piedra caliza, con balcón superior, flanqueada por ventanales de bella rejería. El corral trasero tiene acceso por la calle de la Espada.

A finales del siglo XVII pertenecía a don Diego Martín de Sepúlveda, Tesorero o Contador de la Orden de Santiago. A su muerte fue heredada por su hija doña María Teresa, casada con un noble de El Toboso, don Pedro Martínez Espinal. El matrimonio tuvo una hija, doña. Manuela, que casó con un noble de Campo de Criptana, don Pedro Narciso de Quirós. Y que, a su vez, tuvieron dos hijos: don Diego de Quirós y Martínez Espinal (presbítero y Comisario del Santo Oficio, con un escudo del Vaticano que se conserva en una de las columnas del patio, además de algún otro vestigio) y don Pedro de Quirós y Martínez Espinal (militar de Milicias). Luego, la casa fue comprada por don Pablo Millán García, antepasado de los actuales propietarios


Casa solariega de los Millán Alarcón
Casa solariega de los Millán Alarcón

Casa de los Treviño

En la calle de la Soledad 16. Amplia fachada con cinco vanos y bella rejería de estilo castellano en ventanas y balcones.


Casa de los Treviño
Casa de los Treviño

Casa de los Barreda

Los Barreda de Criptana están emparentados con los Barreda de Ciudad Real capital, que desde 1973 ostentan el título del marquesado de Treviño Gotor. Tienen casa en la calle de la Reina, en el número 8, en antiguos terrenos de la huerta del convento de Padres Carmelitas.


Casa de los Barreda
Casa de los Barreda

Casa de los Barreda
Oratorio de la Casa Barreda. Es posiblemente lo más notable del edificio y el más bello de Criptana. Se edificó
en el primer cuarto del siglo XIX junto con toda la casa y luego ha tenido algunas reformas.

Casa de los Penalva

En la calle del Convento 16, con trasera a la plaza de la Tercia, en antiguos terrenos del convento de Padres Carmelitas. Emparentados con los Baíllo, Henríquez de Luna, Yrisarry y con la alta sociedad. Fachada sobria con un gran zaguán y patio interior con fuente. Su construcción fue iniciada, probablemente, a finales del siglo XVIII, si bien presenta ampliaciones importantes de los siglos XIX y XX.


Casa de los Penalva
Casa de los Penalva

Casa de los Figueroa

En la calle de la Soledad 8, pero sólo se conserva la portada de piedra arenisca roja y el escudo sobre un nuevo edificio. Los Figueroa se establecieron en Criptana en el siglo XIX. Aquí vivieron también los De Torres.


Casa de los Figueroa
Antigua portada de la casa de los Figueroa, integrada en un nuevo edificio construido en el mismo solar

Casa de los Baíllo

En la calle del Convento, esquina a la calle Castillo. Amplia fachada muy bien trazada, con bella rejería en balcones y ventanas. Bello patio manchego interior y jardín con reja a la calle Castillo.


Casa de los Baillo
Casa de los Baillo

Casa de las Venancias

En la calle de la Reina, ocupando toda la manzana entre las calles de la Paloma, Convento y del Monte. Es la más antigua del pueblo.

En esta casa, antiguamente conocida como de "las cuatro esquinas", vivió durante años, a finales del siglo XVIII, D. Francisco Vicente de Quirós Santillán, profesor de álgebra, trigonometría y arquitectura, y también escultor, y aquí tuvo los talleres con hornos en los que cocía las figuras de terracota que modelaba. Suyo era el Cristo Yacente del antiguo sepulcro destruido en la Guerra Civil. Pasados los años, al morir sus descendientes sin familiares directos, la casa pasó a una parienta, Dña, Aurora Cepeda y Quirós, natural del Toboso, que la vendió a D. Venancio Casero Palomino, con cinco hijos, Micaela, Julio, María del Carmen y otros dos chicos que murieron muy jóvenes. Ninguno tuvo descendencia. Y Emilia, hija de una vecina, que desde niña vivió en la casa cuidando a las dos mujeres, "las Venancias" por el nombre del padre, recibió en agradecimiento cuando murieron todos sus bienes.


Casa de las Venancias
Casa de las Venancias

Otras casas o edificaciones por el pueblo

Merecen destacarse, además de por su relativa antigüedad, por su interés arquitectónico o por su tipismo. Conservan las fachadas o aspecto en su estado original o al menos con pocos cambios graves que lo alteren. Aún pertenecen afortunadamente al patrimonio urbano de Criptana. No sabemos por cuánto tiempo. Aquí tenemos una muestra por sólo algunas de nuestras calles, de la que quedan fuera totalmente las del barrio del Albaicin, prototipo del tipismo criptano-manchego). Es una muestra que queda como testigo, pues irremediablemente bastantes habrán desaparecido en años venideros:

  • Calle de Santa Ana. Pasada la plazoleta de Don Ramón Baillo, el bloque de los números 6 y 8 de los Arteaga. En el último tramo, la casa que fuera del veterinario don Feliciano León en el 22, afeada por el local comercial; la casa de los Cebolleta (Despacho de Loterías), en el número 24, y, al final, la casa con la tienda de la Buena Estrella.

Casa de la Buena Estrella
Casa de la Buena Estrella en la calle de Santa Ana, esquina a la de las Hermanas Peñaranda
  • Calle del general Pizarro. La casa de los Puebla (Farmacia), con vuelta por la calle Murcia, y la de los Esteso en el nº 3.

Casas de los Esteso y de los Puebla
Casas de los Esteso y de los Puebla en la calle del General Pizarro
  • Calle Murcia. Tras el Casino Primitivo, la casa conocida como de la Millona, de Pilar Quintanar Guadaño, en el nº 4, enorme, con bella y sencilla fachada y con trasera a la calle de la Virgen. En la acera de enfrente, formando un conjunto muy armonioso, las marcadas con los números 1 de Leal, 3 de los Reillo, 5 de los Ossorio Badía (luego del doctor Valiño) y 7 de Leopolda Manzaneque.

Calle Murcia
Calle Murcia
  • Calle de la Soledad. La casa de los Legaña, esquina a la Plaza Mayor, construida en 1941 para la Cafetería Los Molinos y habitaciones con camas de Jacinto Alberca y sus hijos. La número 13, conformando la esquina con la nº 1 de la calle Cervantes. Las 16 y 18, de tapial, encaladas en blanco y añil.

Casa de los Legaña
Casa de los Legaña, frente al teatro Cervantes
  • Calle del Cristo. La casa de los Lara, esquina a la calle Veracruz.

  • Plaza Mayor. La bella casa de Enrique Alarcón, frente a la Casa Parroquial.

Casa de Alarcón
Casa de Enrique Alarcón, entre la farmacia y el antiguo Sanchotel
  • Calle del Cardenal Monescillo. La casa marcada con el nº 16, esquina a la calle Cervantes.

Calle Cardenal Monescillo esquina a Cervantes
Calle Cardenal Monescillo, esquina a Cervantes
  • Calle Valenzuela. Al principio de la calle, nº 2, en blanco y añil.

  • Calle de Fernández Calzuelas. Al final, nº 18, la casa que fue de los Ríos.

  • Calle de la Tercia. La casa nº 6 de Ignacio Olivares Pistolilla (ya desaparecida), la 18 y, enfrente, la 7 (la de la antigua tienda de paquetería y ferretería de Manuel Antonio Olivares), algo desvirtuada por las puertas y persianas de los balcones en aluminio.

Casa de Ignacio Olivares
Casa ya desaparecida de Ignacio Olivares en la calle de la Tercia
  • Calle de la Virgen. La casa nº 1 de Iluminado, con la tienda en un principio de tejidos y confecciones; la nº 4, que fue en su día de don Faustino López; el lateral de la enorme casa de doña Mariana Granero, en la esquina con la calle del General Pizarro, por la que tiene la entrada y suntuosa construcción principal; la llamada "casa de la Felisa", en el 24, frente a General Pizarro. En el segundo tramo, pasada la calle Castillo, la 36, de los Sánchez Olivares; 23, 48, 39, 43 y 58, y, tras la calle de la Paloma, el bloque de las 62, 64 y 66.

Casa de la Felisa
Casa de la Felisa
  • Calle Castillo. El bloque de las casas 12, 14 y la de la tienda de Valera, y, enfrente, en la otra esquina de la calle de la Reina, la que albergó hace años la tienda de comestibles de Perucho. Pasando la calle Convento, la 41 de los Lucerón y la 47, muy deteriorada, de Juan Jose Manzaneque Alarcos, con tienda de comestibles abierta en su tiempo. Y, en el tramo final, la casa que fue de Arsenio Díaz-Ropero, en la esquina con la carretera de Pedro Muñoz, con reformas en las ventanas superiores; la nº 42, con aplicación de piedra rústica al conjunto total de la fachada, que no cuadra con el estilo del pueblo; la abandonada casa de Consola Huertas, esquina a Huerto Pedrero; las número 59 y 61 y, por último, la casa de la Honesta en el 63.

Casa de la Honesta
Casa de la Honesta
  • Calle de la Reina. En el número 6, la casa en donde estuvo abierto el estanco de María Bustamante; la antigua Fonda Lucas, en el 21; Antonio Resa, el carnicero, en el 25; la de Ramón Casarrubios, en el 43; parte de la casa (se dividió en dos) en la que vivieron y tenían la carpintería los hermanos Paco y Pedro Bustamante, el 22; la antigua de Primitivo Olivares, en el 49; la que fue de Martiniano López, el panadero, a continuación; la llamada "casa de la luz", de Centrales Eléctricas Navarro, en el 53, y la casa que albergó los Almacenes Isasi, en la esquina con la calle de la Paloma.

La casa de la antigua Fonda Lucas
La casa (ya desaparecida) de la antigua Fonda Lucas
  • Calle del Monte. En el 26, casa que fue del Maestro Angulo y luego de Sara Montiel, y, antes del cruce con Ramón y Cajal, varias y antiguas naves industriales.

La casa que fue de Sara Montiel
La casa que fue de Sara Montiel en la calle del Monte
  • Calle del Convento. Junto al Pozo Hondo, la antigua casa muy deteriorada del Colegio Teresiano. En el segundo tramo, la casa número 29, que fue sede primitiva del Casino de la Concordia (desaparecida), y, tras la iglesia del Convento, una serie de casas de muy bella factura: la antigua de Bernardo Ramírez, en el nº 22, comprada por el músico Luis Cobos; la nº 24, de los Sañoso; la nº 26, antigua de Amadeo Badía, y la enorme del 28, de Luis Esteso, que llega por la calle Castillo hasta la Casa de Don Miguel (Henríquez de Luna). También en este tramo, la número 39 de los Rasines. Y en el tercer tramo, las número 36 y 38, encaladas de blanco y añil.

Calle del Convento
Calle del Convento
  • Avenida de Sara Montiel. La parte antigua del Colegio Sagrado Corazón (Pozo Hondo).

  • Pozo Hondo. La casa número 14, en blanco y añil.

  • Calle Fontanilla. Casa y clínica veterinaria que fue de don Demetrio Cabañero, en el 4.

  • Calle Concepción. Pasada la calle Castillo, las casas número 29, 31, 33 y 35; la 84, de los Huertas, y, al final, antes de llegar a la calle Delicias, dos naves industriales antiguas, como la que fue clínica veterinaria de don Ángel Herreros en el 40 de la calle Isaac Peral.

Calle de la Concepción
Calle de la Concepción
  • Avenida de Juan Carlos I. En la esquina con la de la Concepción, la nª 2, encalada y sobria, la nº 5 y la 9, esquina a la calle de Pedro Muñoz, de los Díaz-Ropero (Bocatoro).

Casa de los Díaz-Ropero
Casa de los Díaz-Ropero
  • Avenida de Agustín de la Fuente. La casa que fue del médico don Honorio Leal, en el 1; la 4, en blanco y añil; la 8, de los Montoro, y, en la bodega de los Huertas, la que fue casa de los Simó, pero en la calle Mompó.

Antigua casa de los Simó
Antigua casa de los Simó
  • Calle Antonio Espín. La casa número 16, esquina a Campoamor, de los Ocaña.

  • Calle Isaac Peral. Casas de gran empaque a uno y otro lado. En el derecho, las 6, 14, 16 y 18. Y en izquierdo, la 3 de los Sánchez-Alarcos, la 5 de la familia Calonge Campo, la 7 de Jesús Leal, la 9 del abogado Ricardo Fernández y luego de los Lucas-Torres López-Casero, la 13 de Fernando Alarcón y la 15 de Palmero, esquina a la calle Maestro Manzanares. Y más adelante, en el 40, la antigua nave industrial que fue clínica veterinaria de don Ángel Herreros, muy bien conservada, con dos grupos de ventanas en arco y otra superior en romboide.

Casa de Fernando Alarcón
Casa de Fernando Alarcón

Parque Municipal Luis Cobos

El antiguo Parque Municipal, a ambos lados de la Avda. de Agustín de la Fuente, ya estaba proyectado desde 1922, en tiempos de la alcaldía de Domingo Esteso, en proyecto elaborado por Enrique Alarcón López-Casero, padre del cineasta; pero en eso quedo: en proyecto.

Se retomó su creación en 1934, siendo alcalde mi abuelo Antioco Alarcos, pero por la precariedad económica del momento, al considerarse obra más necesaria la construcción de grupos escolares, se desestimó.


Antiguo Parque Municipal
Antiguo Parque Municipal

Y por fin pudo llevarse a cabo su realización en 1944, siendo alcalde Feliciano León. El gasto de plantación de jardines, de colocación de bancos y farolas, más la expropiación a la familia Baillo, dueña de los terrenos, supuso unas 60.000 pesetas.

En 2015 desapareció el Parque Municipal como tal y, tras una profunda remodelación, pasó a llamarse Parque Luis Cobos. En él, en la parte oriental, además de la escultura del artista, luce el antiguo Quiosco de la Música que en su día estuvo en la Plaza Mayor, pero por razones que no entiendo con menos altura.


Parque Municipal
Obras en el Parque Municipal

Parque Luis Cobos
Detalle del Parque remodelado

Barrio de las Charcas

Al sur del pueblo, en la zona más baja, entre la carretera de Alcázar y la vía del ferrocarril. Antes muy mal urbanizado y muchas veces embarrado, pues allí bajaban todas las aguas cuando llovía, era un lugar de casas humildes, y también, como ocurría con el Albaicín, considerado de gente de baja condición social.


Barrio de las Charcas
Final de la calle de la República Argentina, en pleno barrio de las Charcas. Al fondo, las vías del tren

Barrio de los Pitufos (Bellas Vistas)

El barrio de Bellas Vistas, pronto bautizado popularmente como “barrio de los Pitufos”, fue creado durante el ultimo tercio del siglo XX y se encuentra a la salida hacia Alcázar, a la derecha, frente al Polígono Industrial Pozo Hondo, en terrenos antes ocupados por eras y cercados de ganado. Mucha de esta superficie era propiedad del popular Paco “el carnicero”. Su urbanización, como corresponde a un barrio moderno, con calles amplias y rectas fue uno de los primeros proyectos realizado por el estudio de ingeniería y arquitectura Equipo Consultor. Las viviendas son en la mayoría de tipo unifamiliar, con varias urbanizaciones que incluyen patios o jardincillos, aunque también hay casas antiguas rehabilitadas. Los límites del barrio son: calle de Alcázar al norte, al este la calle García León, al sur la N- 420 y al oeste la avenida de los Siete Molinos.

Puede presumir el barrio de los Pitufos de ser uno de los que mas zonas verdes tiene de Criptana, con tres parques: Bellas Vistas, Adolfo Suárez y Francisco Valbuena o de los Pitufos, Y tres pequeños jardines en la plaza de Quero y en las calles Airén y San Luis.


Barrio de los Pitufos
Parque Nuevo o de Bellas Vistas en el barrio de los Pitufos

Monumentos
  • La Cruz de los Caídos. Acabada la Guerra Civil, aquí no quisimos ser menos y se construyó una cruz en homenaje a los caídos del bando nacional, al igual que la que Franco empezaba a levantar en Cuelgamuros. Naturalmente, la nuestra, mucho más modesta, se acabó antes. Estaba frente a la famosa "casa hundía" de doña Remedios Baíllo en la también plaza de los Caídos (desde hace años con el nombre antiguo recuperado de Pozo Hondo). Se alzaba en el centro de un jardincillo sobre un simulado montecillo de piedras y se acompañaba con el yugo y las flechas y la inscripción: "Caídos por Dios y por España ¡Presentes!" en un lado y las fechas de del 2 de mayo de 1808 y del 18 de julio de 1936 en el otro. En los primeros tiempos era casi obligado hacer el saludo fascista al pasar junto a ella. Desapareció la antigua casa, para construir los llamados "pisos del Zurdo", y ya en democracia, la cruz perdió todo signo e inscripción franquista, para ser homenaje a los caídos de uno y otro bando, y se desplazó unos metros por la nueva regulación del tráfico y la ampliación de los jardines.

Cruz de los Caídos antigua
Cruz de los Caídos antigua

Cruz de los Caídos
Cruz de los Caídos actual

  • Estatua de don Gregorio Bermejo López. Cabeza en bronce del que fuera cura párroco de Campo de Criptana entre 1945 y 1972. En la Plaza Mayor, junto a la iglesia.

  • Estatua de don Bernardo Gómez. Busto en bronce del que fue farmacéutico y ante todo músico que dirigió la Filarmónica Beethoven desde 1880 hasta 1924. En la plaza del Conde de las Cabezuelas.

  • Estatua de Don Quijote. Realizada en hierro por Eloy Teno. El hueco en el pecho simboliza a un Quijote viajero que se dejó el corazón en Criptana. En el Tumbillo.

  • Estatua de Miguel de Cervantes. En bronce. Dedicada al genial autor de Don Quijote de La Mancha. En la Plaza Mayor.

  • Estatua de Sara Montiel. Obra en bronce de Juan Cuevas en homenaje a los 80 años de nuestra querida Sara y que ella misma inauguró. Al final de los jardines del Pozo Hondo.

  • Estatua al Cincuentenario de la Inauguración del Templo Parroquial. Realizada en hierro por Eloy Teno. En el Pozo Hondo.

Estatuas

  • Estatua a la Aventura de los Molinos. Realizada en bronce de María Isabel Pérez Gago que representa una de las más conocidas aventuras de El Quijote. En la rotonda del polígono industrial.

  • Monumento a la Cultura. Realizada por Xema Teno. En la rotonda del cuartel de la Guardia Civil.

  • Estatua a la Semana Santa. Realizada en hierro por Eloy Teno. En la plazoleta del Cristo.

  • Mujer manchega con niña. Composición en hierro de Eloy Teno. En la plazoleta del Cristo de la parte de arriba.

  • Estatua de Luis Cobos. Realizada en bronce por el escultor Alfonso Castellano en homenaje al músico, compositor y director de orquesta. En el parque que lleva su nombre.

Estatuas

  • Rotonda homenaje muertos covid y al trabajo de los sanitarios. En el barrio del Calvario, en la confluencia de las calles Olivos, Goya, General Peñaranda y Santo Tomás de Villanueva. Un olivo centenario y una placa conmemorativa

Rotonda olivo
  • Las cruces del Calvario. Se trata de las realizadas por el artista local Xema Teno en la plaza del Calvario y colocadas en la parte opuesta al de las antiguas cruces, ahora en la falda del Cerro de la Virgen. El renovado Calvario incluye también una zona de parque infantil, elementos de jardinería y una grada para que, además de seguir siendo lugar destacado en la celebración de la Semana Santa, pueda servir para la celebración de conciertos y actos culturales.

Calvario
Antiguas cruces del Calvario

Calvario
Las nuevas cruces del Calvario
    La Poza

    Manantial de agua que se sitúa a unos centenares de metros al norte del casco urbano sobre la carretera a Miguel Esteban, en el camino al santuario del Cristo de Villajos y muy cerca de la ermita de San Isidro. Las cartas-privilegio medievales dadas a la villa por la Orden de Santiago ya la mencionan, señalando que fue el Maestre D. Vasco Rodríguez en 1328 quién reconoció a los pobladores de los primitivos núcleos habitados del término (Criptana, El Campo, Posadas Viejas y Villajos) el derecho de acudir libremente con sus ganados a dicho manantial.


    La Poza
    La Poza

    Los Pozos

    Los pozos públicos de Campo de Criptana, como en otros muchos lugares, son escenarios de otros tiempos, cuando no existía el suministro de agua o tampoco se disponía de ellos en las viviendas. Afortunadamente, la mayoría se conservan.

    Los había de agua salobre, con brocal, garrucha y pila: Pozo Hondo, de las Eras, plaza de Santa Ana y calle del Cristo. En todos ellos los gañanes daban de beber a sus mulas y burros al ir al trabajo y a la vuelta.

    Y de agua dulce: Guindalera, Virgen, de las Olivas, del Concejo, de la Huerta del Bajo, del Charco, del Pico y Villalgordo.


    Pozos de Villagordo
    Los Pozos de Villalgordo

    Pozo de la Nieve

    Es el mejor conservado de toda la provincia de Ciudad Real y hasta principios del pasado siglo sirvió para almacenar y conservar el hielo para su distribución y venta.

    Se localiza junto al santuario del Cristo de Villajos, sobre una pequeña elevación del terreno. En el Archivo Municipal de Campo de Criptana se conservan documentos sobre su funcionamiento desde mediados del siglo XVIII, aunque su construcción podría datar de varias décadas antes. También aparece representado en dos documentos gráficos, un cuadro al óleo de Francisco Pizarro Reillo pintado en la década de 1850, y una fotografía fechada en 1912, que han sido de gran utilidad para su restauración.


    El Pozo de la Nieve junto al santuario del Cristo de Villajos
    El Pozo de la Nieve, a la derecha, junto al santuario del Cristo de Villajos

    El Pozo de la Nieve en el cuadro de Francisco Pizarro Reillo
    El Pozo de la Nieve, junto al santuario del Cristo de Villajos, en el cuadro de Francisco Pizarro Reillo

    Se trata de un pozo de planta circular de más de seis metros de diámetro y casi siete y medio de profundidad, revestido al interior con obra de mampostería irregular de piedra cuarcita y con canal de drenaje en el fondo para evacuar el agua procedente del hielo derretido y favorecer la conservación del resto.


    El Pozo de la Nieve
    El Pozo de la Nieve, con el fondo de drenaje visitable

    El conjunto está cubierto con una construcción de planta cuadrada, lo más parecido a la original, con tejado a cuatro aguas, y rodeado por una era empedrada, elemento esencial en la explotación del pozo, ya que delimitaba el área de trabajo, permitía mantener limpia las inmediaciones para evitar que la nieve o el hielo se ensuciaran durante los trabajos de empozado y desempozado, y, en muchas ocasiones, se utilizaba como balsa, encharcándola en invierno para que sobre ella se formase el hielo.

    El hielo se vendía transportándolo, preferentemente por la noche, sobre bestias de carga convenientemente protegidas por pieles de cabra, o en carretas cargadas de cestos envueltos en arpilleras.


    Construcción exterior del Pozo de la Nieve
    Construcción exterior del Pozo de la Nieve

    Cuando éramos chicos, el pozo estaba lleno de escombros y se conocía como el "pozo de los deseos". Arrojando una moneda y pensando fijamente en una intención, decían que se cumplía. Sin duda que era una superchería para incautos promovida por los que de vez en cuando se encargaban de "limpiarlo"

    Puente de San Benito

    Situado sobre el río Záncara, en el kilómetro 9 del Camino de la Puente (a Tomelloso), se llama así porque hubo en su inmediación una ermita con ese nombre arruinada en 1813, y que a su vez fue construida sobre los cimientos de un antiquísimo monasterio de Benedictinos arrasado en tiempos de la dominación árabe.

    Fue construido este puente de piedra entre 1798 y 1806 por orden del Supremo Consejo de Castilla. Tiene más de 200 metros de longitud y su trazado aparece quebrado aproximadamente por la mitad, con refuerzo cilíndrico en la articulación. Consta de diez arcos y tiene calzadas a uno y otro lado. Dos ojos están cerrados y terraplenados desde que una enorme avenida de aguas (octubre de 1838) socavó sus cimientos. Se encuentra en muy mal estado de conservación y ha desaparecido parte de su bello pretil de hierro.


    Puente de San Benito
    Puente de San Benito sobre el río Záncara. Extrañamente... con agua

    La Laguna Salicor

    Declarada Reserva Natural en el año 2000. Ocupa una extensión de 291 hectáreas al noroeste del término municipal, más allá de la ermita del Cristo de Villajos. Se caracteriza por su origen endorreico, presentar agua solo temporalmente y sus aguas salinas. La vegetación que se desarrolla consta de especies singulares como "Lepidium cardamines", o, "Microcneum coralloides", además de albardín, esparto, almarjo, salicor (que le da el nombre) y otras. Uno de los aspectos más relevante de la laguna es la avifauna, que presenta gran abundancia en el entorno, pudiéndose observar especies como grulla común, avutarda, sisón, alcaraván, y mucha más.

    La Laguna de Salicor tiene también su pequeño río, que la nutre cuando las lluvias han sido abundantes. Es el Arroyo de San Marcos, que nace poco más de 4 kilómetros al sur, junto a la Huerta de Treviño.

    Cerca de Salicor se encuentra la Laguna de Pajares, ya en Alcázar de San Juan, con la que comparte fauna y flora.


    Laguna Salicor
    Laguna Salicor

    Monte de Chito

    Se encuentra en la Dehesa de Acebrón, prácticamente desaparecida y cerca de la Laguna Salicor. Esta dehesa pertenecía en su día al Ayuntamiento, pero la fue vendiendo y dos partes, la finca Chito y la de la Hidalga, fueron compradas por los Treviño.

    El Chito es uno de los mayores montes de encina y carrasca de Criptana, fruto de un resurgimiento de bosque mediterráneo climácico en una zona ampliamente talada y retalada durante siglos. Entre los animales que podemos ver están las codornices, las perdices, las grullas, las liebres, los conejos y los zorros. En la parte norte existe una quintería habitada y muy bien conservada.

    Al lado, se encuentra el Monte de Quirós, con una masa cerrada de chaparros y carrascas sobre tomillar en una parte y, en otra mayor, con encinas centenarias sobre cereal. Se puede visitar libremente sin las trabas que tiene el Chito.


    Monte de Chito
    Monte de Chito

    Senda de Cantareros

    Comienza en la carretera que va de Alcázar de San Juan a Quero y termina por la carretera de Criptana a El Toboso, más allá del Cerro Lobero. Es el mejor camino para desplazarnos por los parajes cercanos a la Laguna de Salicor.


    Mapa zona Salicor
    Mapa de la zona

    La Hidalga

    La quintería de La Hidalga, antigua villa romana, más allá del Santuario del Cristo de Villajos y dentro de la Reserva Natural de Salicor, era una finca propiedad de los Treviño. Ahora, la casa rural, enorme, se ha rehabilitado.


    La Hidalga
    La Hidalga

    El Cerro Gordo

    Es una colina de unos 690 metros de altura en el corazón del Chito, que constituye un cerro testigo (se puede estudiar en él la formación del terreno) en donde se aprecian restos de calizas en su parte superior, que son las que evitaron que el cerro desapareciera por la erosión o por las subidas y bajadas de agua y no se aplanara como el resto de la zona circundante. Está documentado que hasta el siglo IX existió una torre vigía y de comunicación sobre esta elevación.


    Cerro Gordo
    El Cerro Gordo

    El Montón de Trigo

    Montículo con la parte superior de la cima amesetada junto al Arroyo de San Marcos y cerca de la Laguna de Salicor y de La Hidalga. Esta aislado y desde él hay buena visibilidad del entorno, por lo que en época islámica se construyó una torre de vigilancia como lo atestiguan los restos de murallas perfectamente visibles.


    El Montón de Trigo
    El Montón de Trigo

    La Vía del Hambre

    En 1864 empezó la construcción de una línea ferroviaria que debía unir las localidades de Alcázar de San Juan y Quintanar de la Orden, pasando por Miguel Esteban. Era un proyecto que pretendía incluso la prolongación posterior por Cuenca hasta Zaragoza. Pero las obras se prolongaron en el tiempo y por diversos problemas se suspendieron en 1878, cuando sólo estaba realizada la explanación y plataforma de la vía, sin piedra, traviesas de madera ni railes. Hoy es un camino rural con un trazado demasiado rectilíneo que delata su origen.

    Dicen que a los obreros les pagaban un buen sueldo, y que en aquellos tiempos de tanta penuria, a muchos de ellos y a sus familias les fue de un gran alivio para no pasar hambre, de ahí en nombre que quedó para la obra.

    En Criptana, la vía tiene un recorrido de unos siete kilómetros por la zona de la Reserva Natural de Salicor. Entra desde Alcázar de San Juan por el paraje conocido como Haza Negra y continúa hasta el paraje de La Loma, en el término de Miguel Esteban.


    La Vía del Hambre
    La Vía del Hambre

    Huerta de Treviño

    Hasta bien entrado el siglo XX, el lugar de la antigua huerta estaba poblado de grandes olmos que fueron talados a mediados de los ochenta para sembrar cereal. Posteriormente, a mediados de los noventa, la grafiosis acabo con los pocos que quedaron en pie. En la actualidad solo quedan rebrotes, algunos ya de considerable altura. Además de los olmos, en estos lugares donde discurrían corrientes de agua, existían especies características como álamos o chopos, también prácticamente desaparecidas en la actualidad, Allí nace el Arroyo de San Marcos, que llega hasta la Laguna de Salicor.

    En un montículo, coronándolo, existe un antiguo palomar, construcción típica de siglos pasados, pero en un estado ruinoso.


    Huerta de Treviño
    Huerta de Treviño

    Arroyo de San Marcos
    Arroyo de San Marcos

    Huerta del Bajo

    Se encuentra cerca de la Huerta Treviño, al norte del pueblo, en una cañada por el camino de la Puebla, a la derecha de la ermita del Cristo de Villajos. Estaba rodeada de una cerca de piedra que ya en muchos sitios no existe, ni tampoco la arboleda de olmos atacados por la grafiosis que poblaba la hondonada y que se están sustituyendo por otro tipo de árboles. Sí están los pinos, con formas raras y retorcidas.

    Y está el pozo, muy grande y cuadrado, con una noria que se abandonó sustituida por una motobomba para llenar la alberca y regar la huerta. Otro pozo, en la parte de fuera, junto a la cerca, también muy grande y a ras de suelo, se cree que es de origen mozárabe.

    Es, junto con la Huerta Treviño, una de las zonas más húmedas del pueblo, y durante muchos años dieron frescor y sombra al entorno.


    Huerta del Bajo
    Huerta del Bajo

    Pinar de San Isidro

    Situado junto a la ermita de San Isidro, su masa forestal está constituida principalmente por pinos carrascos. Los primeros se plantaron en la década de los cincuenta por la parte superior del cerro, en torno al santuario y en su falda sur. Y, tras algunas repoblaciones puntuales, una segunda plantación extendió la masa forestal por todo el entorno a lo largo de los años noventa.

    Cuando se plantaron los primeros pinos muchos lo tomaron a chirigota, creyendo que aquello nunca arraigaría; la mejor prueba contra su incredulidad es contemplar la maravilla que hoy tenemos: el rincón forestal más bello de Campo de Criptana.


    Pinar de San Isidro
    Pinar de San Isidro

    Huertos Cerretes

    Son dos cañadas de la Sierra de los Molinos que van a parar al olivar de Penalva, al este de la carretera de la Poza. La escorrentía de estas dos vertientes daba lugar a un arroyo que recorría dicho olivar y seguía hasta la Cañamona. Era una auténtica zona húmeda, ahora solo resucitada en años de lluvias excepcionales.


    Huertos Cerretes
    Huertos Cerretes

    El Cerro Lobero

    Por la carretera a El Toboso. Es un monte bajo adehesado de encina y coscoja.


    Cerro Lobero
    Por el Cerro Lobero

    Monte Viejo

    Por la carretera de Arenales de San Gregorio y junto a la línea de ferrocarril Madrid-Alicante. El árbol característico era la encina, debido a que su hoja perenne y sus fuertes raíces eran idóneas para adaptarse a la escasa humedad de la zona. La tala indiscriminada en siglos pasados para el aprovechamiento de la madera y la roturación del suelo a gran escala para su uso agrícola fue convirtiéndolo en una dehesa cada vez más y más clareada hasta su desaparición. Uno de las pocas que quedaba era la llamada "carrasca gorda", majestuosa, de 15 metros de altura, con un tronco de 4 metros de diámetro y mas de 200 años de antigüedad, pero que lamentablemente sucumbió a finales de Junio de 2024. Ya se veía desde hace un tiempo con las ramas muy caídas, cedidas por su propio peso hasta el suelo. Un volumen muy grande para un árbol también muy grande. Fuertes rachas de viento y el propio movimiento de su inmensa copa terminaron por troncharlo. Debería haber sido cuidado y podado convenientemente para tratar de evitar su pérdida. ¡Una verdadera pena, sin duda!


    Carrasca gorda
    Así era la "carrasca gorda"

    Monte Juanito

    Pequeño paraje por la carretera de Pedro Muñoz. Es, con el monte de Chito, aunque menos tupido que éste, una de las dos manchas de bosque mediterráneo en Criptana. Sus encinas o carrascas nos dan idea de cómo era nuestro entorno antes de convertirlo todo en tierra de cultivo.


    Monte Juanito
    Monte Juanito

    Charca de la Virgen

    Situada en el camino de la Virgen y nutrida por un pequeño manantial en el que drena el acuífero de la Sierra de los Molinos. Su valor viene dado por la existencia de un ecosistema cerrado y autosuficiente: lentejas de agua, carrizos, juncos y eneas inician una cadena alimentaria que se continúa con larvas y ranas y termina en galápagos y culebras de agua.


    Charca de La Virgen
    Charca de la Virgen

    Río Záncara

    Nace a 1.025 metros de altitud en Abia de la Obispalía (Cuenca) yendo a desembocar, después de 168 kilómetros, en el río Cigüela en el término de Alcázar de San Juan y, a través de él, en el Guadiana, en las Tablas de Daimiel. En Criptana tiene un curso de unos 13 kilómetros y la atraviesa de este a oeste

    Hasta principios de los 70, el Záncara era un río fuerte y sano, con habituales salidas de madre (inundaciones de las llanuras aledañas) que fertilizaban las tierras, con densos y frescos bosques de ribera y cielos profusamente cruzados por una rica avifauna. Es la mano del hombre quien causa la desecación casi permanente por la sobreexplotación del acuífero que lo sostiene con fines fundamentalmente agrícolas.


    Puente de San Benito en el río Záncara
    Fotografía antigua del Puente de San Benito sobre el río Záncara

    Río Córcoles

    Nace en El Bonillo (Albacete). Y antes de llegar a Criptana, por donde hace un recorrido de unos 6 kilómetros, tiene la rareza de unir su cauce a una canalización artificial, la Acequia de Socuéllamos, nombre con el que ya llega hasta la desembocadura en el río Záncara, en Alcázar de San Juan. Se encuentra seco casi permanentemente excepto en años de muchas lluvias.


    Río Córcoles
    Cauce seco del río Córcoles (Acequia de Socuéllamos) a su paso por la carretera de Criptana a Arenales

    La Sierra

    Mapa topográfico de 2003

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    La Sierra. Hacer Click para agrandar


    Finca Huerta Criptana

    Era más que un cocero; una casa en el campo y de las más conocidas, al lado derecho de la carretera a Pedro Muñoz, frente al santuario de la Virgen. Hoy, restaurada es un complejo hotelero para celebración de bodas y eventos. Sus dueños Santiago Rubio Quintanar y Pilar.

    Finca La Losilla

    Celebración de bodas y eventos en medio de la naturaleza, en donde no falta una pequeña plaza de toros. Dirigida por el antiguo novillero Rafael Castellanos. En la carretera a El Toboso, primer camino a la derecha.

    Finca Cerro Lobero

    Antigua casa de labranza en el Cerro Lobero, por la carretera a El Toboso, reconvertida en casa rural con salones para celebraciones y reuniones. Zona de caza de liebres, conejos y perdices. Tiene una plaza de toros para la tienta. Gerente Miguel Ángel Morales.

    Otros parajes y construcciones rurales

    En el siguiente enlace, haciendo clic en los nombres, se puede ver el mapa en Google. Entrar aquí