CALLE DE LA REDONDILLA

La calle de la Redondilla entre Bailén y la plaza de la Paja, dicen que lleva ese nombre por una famosa señora que por estos lares ejercía su amor transeúnte, y que por sus agraciadas y bien pronunciadas curvas hasta tuvo el honor de ser musa del mismísimo Quevedo. En sus orígenes fue un paseo con árboles y con varias plazoletas ajardinadas y con fuentes. Era el lugar elegido por los elegantes de aquella época para pasear y aliviarse de los calores estivales