Se llamaba Agustín Luengo Capilla y nació en Puebla de Alcorcer el año 1849. Fue conocido con el sobrenombre de El Gigante Extremeño y quizá fue uno de los españoles más altos de todos los tiempos. Su talla era de 2 metros y 35 cm. Trabajó en un circo como atracción, exhibiendo sus descomunales manos, capaces de ocultar una hogaza de pan. Su fama llegó a oídos del doctor González Velasco, creador del Museo Antropológico en Madrid, que le hizo una curiosa propuesta: le ofreció comprarle su cadáver por 2,50 ptas diarias (una cantidad considerable entonces) mientras que viviera. A cambio de esto, una vez fallecido, su cadáver quedaría expuesto en el museo. Agustín aceptó la propuesta que se le había hecho y empezó en ese momento a disfrutar de la vida con la seguridad de tener para vivir. Aunque esto no le duró mucho, ya que pronto se le diagnosticó tuberculosis ósea en estado avanzado, y murió a la edad de 28 años