En 1860, más al norte de la hoy glorieta de Cuatro Caminos, ya fuera entonces del término municipal de Madrid, concretamente en terrenos de la dehesa de Amaniel que pertenecían al pueblo de Chamartín de la Rosa, habían acampado las tropas vencedoras de la guerra de África al mando del general O´Donnell, en espera de su entrada triunfal en la capital, que nunca sucedió. Alrededor del campamento, que de provisional se iba convirtiendo en permanente, se formó un mercadillo para abastecer las necesidades de los soldados. Con el tiempo se fueron creando merenderos y ventas donde los madrileños acudían los domingos a pasar un día de campo y para hacer compras más baratas, ya que los comerciantes no pagaban los arbitrios que grababan a las mercancías que entraban en Madrid por el fielato instalado en la glorieta de Cuatro Caminos. Este asentamiento, que empezó a ser conocido como Tetuán de las Victorias (por la ciudad marroquí de Tetuán, en donde se firmó la rendición de las tropas marroquíes, y bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Victorias), convirtió la zona en un auténtico zoco cuyo único vestigio actual es el "Rastrillo de Tetuán", desaparecido de su lugar de siempre en la calle de Marqués de Viana (fotografía de los años 80) y hoy en la avenida de Asturias. Y fue enseguida suburbio que se fue poblando de inmigrantes campesinos, que construían sus casas de una sola planta, con corral y a veces un pequeño huerto-jardín, convirtiéndose con los años en un barrio obrero. En 1948 Tetuán fue anexionado administrativamente a la capital