Hildegart fue una niña prodigio, concebida por su madre, Aurora Rodríguez Carballeira y un padre biológico escogido por ella sólo para ese fin, para que fuera modelo de mujer del futuro, una mujer liberada a la que ningún hombre hiciera sombra. A los tres años ya escribía, y a los ocho hablaba seis idiomas. Terminó los estudios de Derecho a los 17 años e inició los de Filosofía y Medicina. Fue una avanzada en la libertad sexual y una miembro muy activa del PSOE y después del Partido Federal. Cuando comenzaba a ser conocida internacionalmente y ante el intento de alejarse del proyecto vital que le tenía reservado, su madre, mientras dormía en la casa que compartían en la calle Galileo, le disparó cuatro tiros y la mató el 9 de junio de 1933, cuando contaba sólo con 18 años. El suceso produjo una conmoción social incluso mayor que la admiración que durante años despertaron madre e hija entre los intelectuales de la época