La calle de la Parada, hoy desaparecida en parte, que se abría más o menos entre la actual Gran Vía y la plaza de los Mostenses, aparece en el siglo XVII dividida en dos tramos con los nombres de Rosal y "Aunque os pese"; luego, con los de la Parada y de "Sal si puedes" respectivamente, y posteriormente unidas con el nombre común de la Parada. La denominación la tomaba de una parada o embalse de aguas para un molino cercano.
A tan pintorescos nombres de "Enhoramala vayas" y "Sal si puedes" se añadía en una calle cercana el no menos insólito "Aunque os pese". Todo se debe a que cuando estos terrenos aún sin urbanizar fueron divididos en parcelas para su venta, hubo disputas por quién se quedaba con la que disponía del agua y del molino. Uno de los compradores sugirió que el molino fuera derribado, replicando los demás compradores: "Enhoramala vayas". Ante la nula aceptación de su propuesta levantó su espada y exclamó: "Lo he de demoler, aunque os pese". Y comenzó a derribarlo, pero como en un sólo día no pudo hacerlo lo cercó y se quedó a dormir dentro para poder vigilar y derribar el resto a la mañana siguiente. Entonces los otros prendieron fuego a la cerca y mientras ardía por los cuatro costados le increparon con burla: "Sal si puedes"
La antigua calle de "Enhoramala vayas" es ahora la travesía de la Parada (en la fotografía), que parte desde la calle de San Bernardo con acusadísimo desnivel que se salva con una escalinata, y la de "Aunque os pese", travesía de las Beatas; la de "Sal si puedes" ha desaparecido