CALLE DEL ESPÍRITU SANTO

La calle del Espíritu Santo, entre la de San Bernardo y la Corredera Alta de San Pablo, debe su nombre a que en tiempos de Felipe vivían por aquí hacinadas en casuchas gentes de mal vivir, entre ellos algunos moriscos. Un día, tercero de Pascua, cayó sobre las viviendas un rayo, sin llover ni haber tormenta, que las redujo a cenizas y acabó con varios de sus moradores. Se vio en el hecho un signo de la voluntad de Dios, y en su recuerdo se erigió una cruz de piedra con una paloma en su centro, representando al Espíritu Santo, que se conservó hasta 1820
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