LAS ALEGRES NOCHES DE VERANO EN LA GLORIETA DE BILBAO
A principios del siglo XIX, la calle de Fuencarral terminaba en la hoy glorieta de Bilbao (en la fotografía, una imagen actual); allí, tras la puerta de los Pozos de la Nieve y la cerca que mandara construir Felipe IV, empezaba el campo. Entre 1833 y 1835 se plantaron por la zona cerca de tres mil árboles, pues quiso el Ayuntamiento convertirla —por El Bosquecillo sería conocida— en parque de recreo público. En ello colaboraron también los muchos merenderos que se abrieron por los alrededores. En 1869 se derribo la cerca, que impedía el crecimiento legal de la villa extramuros, y en ese mismo año empezó la urbanización del nuevo barrio de Chamberí según el llamado Plan Castro, pero con muchas variaciones sobre el proyecto original por la oposición de los vecinos clandestinamente ya radicados. Es entonces cuando se acrecentó la actividad lúdica de la ya formada glorieta de Bilbao. Todas las noches de verano, con gran concurrencia de público, se celebraban conciertos de música o se organizaban alegres y bullangueros bailes amenizados por orquestinas de amplio y moderno repertorio, y los más pequeños tenían del mismo modo asegurada la diversión, pues varios tiovivos y otras atracciones de feria se establecían aquí casi de fijo. Mientras tanto, con las nuevas edificaciones se llenó la plaza de cervecerías y cafés que han ido poco a poco desapareciendo. Sólo se mantiene, como bastión incólume, el Café Comercial, abierto en 1887
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