SOR PATROCINIO, LA MONJA DE LAS LLAGAS
Uno de los personajes más extraños, queridos, temidos y odiados en el Madrid del siglo XIX fue la monja María de los Dolores Anastasia, conocida como Sor Patrocinio o la Monja de la llagas. Hacía milagros, tenía visiones, le salían las llagas de Cristo, viajaba con el Demonio y además fue influyente en la política gracias a su relación con la reina Isabel II (en la fotografía). En 1826 entró como novicia en las Comendadoras de Santiago y en 1929 como ya monja en el desaparecido convento de Caballero de Gracia. Ese mismo año tendría su primer estigma, una llaga en el costado, y en 1930 siguieron en manos, pies y frente. Y en estado de éxtasis, dicen que le habló un Cristo pintado en un cuadro y que se le apareció la Virgen.
Su fama de milagrera y persona sabia y divina era muy conocida e hizo que entrara en los círculos políticos de la época, y sobre todo que ejerciera una gran influencia en la familia real y en la propia reina Isabel II, que no hacía nada sin consultarla. Por los vaivenes de la política estuvo enjuiciada por unos y por otros, sufrió destierros y llegó a estar procesada y condenada por haber fingido poseer los estigmas de la Pasión de Cristo. Pese a ello, mantuvo intacto su prestigio e influencia hasta la revolución de 1868, que la obligó a abandonar el país. Volvió a España durante el reinado del Alfonso XII
                       
FIN DE "LA GRAN VÍA Y ALREDEDORES"
                       
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