EL CRIMEN DE LA CALLE DE LA CABEZA
Cuenta la tradición que en la calle de la Cabeza vivió un cura medianamente rico. Su criado, por robarle, le asesinó, cortándole ferozmente la cabeza, y con el dinero huyó a Portugal. Pero el asesino, creyendo que todo estaba olvidado, después de unos años regresó a Madrid. Solía ir todas las mañanas a hacer su compra, y un día que adquirió una cabeza de carnero, como iba chorreando sangre y dejando rastro en el suelo, fue detenido por un alguacil, que le mandó mostrar lo que oculto llevaba. ¡Horrible espectáculo! Lo que realmente mostró fue la cabeza del sacerdote. No tuvo más remedio que confesar su crimen y fue condenado a muerte. Tras el ajusticiamiento, la cabeza delatora recobro, de manera misteriosa su naturaleza animal y ovina
                       
                                                                                 
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