En las últimas décadas del siglo IX, Mohamed I, quinto emir independiente de Córdoba, mandó edificar en la colina sobre la que se levanta hoy el Palacio Real una torre-atalaya militar, desde la que observar los movimientos de las huestes cristianas, que luego transformó en alcázar. A su alrededor creció una almudayna o ciudadela. Estaba fundado Mayrit (Madrid). Poco se sabe del alcázar moro por su continua evolución posterior: fue ampliado y reformado por los monarcas castellanos; tuvo multitud de transformaciones y nuevas construcciones con los Austrias, que lo tomaron como residencia oficial y convirtieron en un magnífico palacio renacentista, y final y lamentablemente sucumbió en un incendio a principios del siglo XVIII.
Felipe V ordeno la construcción del nuevo Palacio Real, proyectado por Giovanni Battista Sacchetti, aunque también intervinieron Ventura Rodríguez y Sabatini. Las obras se realizaron entre 1738 y 1764. Carlos III ya residió en él y Alfonso XIII fue el último en habitarlo