CALLES DE LA ESPERANZA Y DE LA ESPERANCILLA
Por la zona de Lavapiés, en una casa de campo que pertenecía a una bella señora llamada Esperanza, acudió, a altas horas de la noche, un caballero angustiado pidiendo refugio. El huido era nada menos que el mercenario francés Beltrán Duguesclin, que acababa de asesinar al rey Pedro I en Montiel, un magnicidio que llevó al poder a su hermano bastardo Enrique de Trastámara. En represalia por dar cobijo al traidor, los madrileños, siempre fieles al rey don Pedro, incendiaron las propiedades de Esperanza, que tuvo que refugiarse en casa de su hija. Para recordar tal suceso, "Esperanza" se llama la calle que por allí se formó, y "Esperancilla" la que se hizo por la casa de la hija, hoy llamada del Marqués de Toca
                       
                                                                                 
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