LAS PIPERAS
Los puestos de pipas y caramelos han sido una imagen tradicional en las calles de Madrid, hoy desaparecidos y transformados en tiendas de chuches o en kioscos que comparten esta actividad con la venta de refrescos y de helados en la época de verano.
Las piperas (también había hombres) desarrollaban su trabajo a la intemperie, o a lo sumo en pequeños cuchitriles de madera en los que apenas cabían.
¡Ay qué problema cuando ibas acercándote con la peseta en la mano! ¡Se podían comprar tantas cosas con una sola peseta...! La peseta era la medida.
En las chucherías de antaño, menos sofisticadas que las de ahora, no faltaban los caramelos de todo tipo envueltos y sin envolver, boletas de anís, pastillas de leche de burra, raíces de paloduz, zaras, chicles de boleta y de pastilla, figuras de masa de azúcar, pan de higo, chocolatinas, cigarrillos y monedas de chocolate, pequeños juguetillos, tabaco suelto y papel de fumar, chufas, castañas asadas en invierno y pilongas en todo tiempo, garbanzos torraos, altramuces y las pipas, que vendían a granel... a perragorda la medida
                       
                                                                                 
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