Madrid estaba en el camino de la Mesta, el que recorrían los rebaños de ovejas trashumantes buscando nuevos lugares para apacentar según la temporada del año. Concretamente por la calle de Alcalá pasaba la Cañada Real Galiana entre La Rioja y Ciudad Real. De todo esto hoy sólo queda el recuerdo de varios mojones, dos de ellos junto a la Puerta de Alcalá. En los últimos años esta tradición se ha recuperado con un viaje trashumante y festivo de ovejas hacia los pastos de Extremadura. El discurrir del ganado por las calles lleva aparejado el pago de una tasa de diez maravedíes, que el mayoral paga religiosamente a un representante del Ayuntamiento