BAR AUTOMÁTICO TÁNGER. En el número 33 de la Gran Vía, en la esquina de la calle Mesonero Romanos. Abierto a principio de los años 30 del pasado siglo y hoy desaparecido, fue precursor de la comida rápida ligada a la vida nocturna de la Gran Vía, con sus numerosos cinematógrafos y locales de espectáculo. Era un bar con autoservicio para las exigencias de una nueva vida apresurada que surgía; en él metías las pesetas y/o céntimos y podías tomar el producto por una trampilla, similar a las expendedoras automáticas actuales. En un principio era de comida rápida estilo español, es decir, bocadillos. Más tarde pusieron platos cocinados. Pretendió el Tánger atraer a un público moderno dispuesto a integrar el modo de vida americano con la costumbre nacional del chato y la tapa.