EL QUE NO PASA POR LA CALLE DE LA PASA NO SE CASA
En la calle de la Pasa, entre las plazas de Puerta Cerrada y del Conde de Barajas, tiene su trasera el Palacio Episcopal. Y ese nombre tan curioso le viene, al igual que el Pasadizo del Panecillo, de la costumbre limosnera que tenía el cardenal-infante y arzobispo de Toledo, Luis Alfonso de Borbón y Farnesio, de distribuir alimentos a los necesitados, que se acompañaban siempre de un puñado de uvas pasas. “El que no pasa por la calle de la Pasa no se casa” era un dicho popular en Madrid, y aludía a la necesidad de acudir a unas oficinas que allí existían para realizar los trámites previos a los casamientos
                       
                                                                                 
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