TUMBA MASÓNICA DE ALEJANDRO LASSALLE
El cementerio de San Isidro, en el paseo de la Ermita del Santo s/n, un camposanto cristiano, contiene una tumba, no sólo completamente laica, sino presumiblemente masona. Es un hermoso templete en el que lo primero que llama la atención es que no hay ni una sola cruz. A cada lado de la puertezuela hay una columna en cuyo capitel brotan unas granadas, fruto que representa la expansión de las semillas de la doctrina por el mundo. Pero el detalle que le da un aire definitivamente distinto a esta tumba, y que hace que no pueda pasar desapercibida entre tanta lápida católica, son las dos largas hojas de acacia grabadas en las jambas del edificio. La acacia es la madera en la cual se construyó el arca de Noé, material incorruptible según se cuenta. Es también uno de los más importantes símbolos masones. La tumba es de Alejandro Lassalle, cuñado de José Canalejas, que fuera Presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII. La característica de estos mausoleos típicamente masónicos es que tienen la entrada orientada hacia oriente. Es una de las tumbas de un masón entre las muchas que hay en los cementerios madrileños
                       
                                                                                 
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