CALLE DE CHINCHILLA ("LE CONOCEN HASTA LOS PERROS")
En la calle de Chinchilla (desemboca en la Gran Vía) vivió don Francisco Chinchilla, alcalde de Casa y Rastro (magistrados que seguían al rey en sus viajes), personaje siniestro y avieso. Se dice que la expresión popular "le conocen hasta los perros" se originó por un decreto de Chinchilla ordenando matar a palos o con morcillas envenenadas a todos los perros vagabundos. Naturalmente, éstos, al oler su presencia, huían despavoridos
                       
                                                                                 
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