LOS CUATRO CAMINOS
Fruto del Ensanche o Plan Castro puesto en práctica tras el derribo en 1869 de la cerca que rodeaba el antiguo Madrid, fue la creación de nuevos barrios que triplicaron la superficie edificada. Y en Chamberí, en un principio asentamiento de clases populares, la burguesía fue desplazando poco a poco a los más débiles económicamente hacia el extrarradio, más al norte. Surgió así el nuevo barrio de Cuatro Caminos en torno a una encrucijada de caminos (en el grabado), puesto que en la hoy glorieta de ese nombre confluían los dos tramos de la Mala de Francia o carretera de Irún (hoy Bravo Murillo), por la que transitaban las diligencias y carruajes de postas con las valijas de correo, un antiguo camino al pueblo de Hortaleza (calle de Santa Engracia), y el nuevo cinturón de rondas que por aquí, sobre el antiguo camino de Aceiteros, formaban las actuales avenidas de Reina Victoria y el paseo de Raimundo Fernández Villaverde.
Anteriormente sólo existían por los alrededores algunas casas de recreo, numerosas huertas y algunos paradores y ventas que de trecho en trecho jalonaban la carretera para el descanso de los viajeros.
Los inmigrantes, especialmente de ambas Castillas, Extremadura y Andalucía, que llegaban a la capital en busca de trabajo en una incipiente industria o en las obras del Ensanche, nutrieron el embrión del barrio, que se fue extendiendo a lo largo de la carretera en infraviviendas desprovistas generalmente de los servicios más elementales
                                             
                                                                                 
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