BARRIO DE CHAMBERÍ

Hasta 1869 Madrid estuvo encorsetado por la tapia que Felipe IV mandara levantar en 1625. La zona de Chamberí, al norte de la ciudad histórica, hasta bien entrado el siglo XIX era sólo terreno de eriales y basureros donde iban a pacer los rebaños de cabras, con varios caminos, la carretera Mala de Francia (vía para las diligencias), algunas casas de labor, varios tejares y yeserías en un paraje denominado las Charcas de Mena (cerca de la actual glorieta de Bilbao), y la Real Fábrica de Tapices en otro paraje llamado Campo del Tío Mereje (por Alonso Martínez)
Y fue ya desde el principio del siglo XIX cuando empezaron los asentamientos, la mayoría irregulares y clandestinos, por la zona de la plaza de Olavide, embrión del futuro Chamberí. Este miserable arrabal, fue refugio de todos aquellos que no podían pagarse una habitación en la superpoblada ciudad y que no cabían materialmente en los humildes barrios del sur. De ahí el cariz que el barrio tomó desde su fundación. El casticismo propio del sur vino a rebrotar en el punto opuesto de la capital. En la fotografía, un callejón, hoy calle de Cercedilla, que comunicaba las calles de Magallanes y Bravo Murillo.
Mejoraron con el tiempo las construcciones y el adecentamiento general de las calles. Y después llego el Plan Castro o Ensanche de Madrid, con muchas variaciones en este barrio al proyecto original de cuadrícula perfecta, por la oposición de los vecinos ya radicados, que lucharon por mantener el trazado preexistente y el nombre de sus antiguas calles