CALLE DE VÁLGAME DIOS

La calle de Válgame Dios se abre en el barrio de Chueca y su nombre es fruto de una leyenda. Se dice que una noche un sacerdote del convento de San Francisco fue requerido por dos hombres para auxiliar a una moribunda. Llegados a un apartado lugar, oyeron el grito lastimero de "Válgame Dios". Entonces fue cuando el sacerdote supo realmente la causa del porqué de su presencia, tenía que confesar a una asustada mujer y bautizar a su hijito, a quienes pretendían asesinar los dos hombres. Pero un lego que acompañó al sacerdote, y que llevaba una espada escondida entre los hábitos por prevención cuando salían por la noche, logró herir a uno de ellos, ahuyentar al otro y así impedir el asesinato. Los dos eran amantes de la mujer, se sentían agraviados por su deslealtad y, confabulados, planearon su muerte, aunque, eso sí, respetando escrupulosamente sus creencias religiosas
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