LA PRIMERA TIENDA DE MÁQUINAS DE ESCRIBIR
En 1915 se abrió en Madrid, en la calle de Hortaleza, número 46, la primera tienda de máquinas de escribir, artefactos que anunciaban la desaparición paulatina de las plumas estilográficas. "¡Llegan los tiempos modernos con aparatos revolucionarios!", anunciaba la Casa Diana, que así se llamaba la tienda. Su ejemplo animó a otros, de tal manera que la calle de Hortaleza se especializó en comercios de este tipo, dedicados a la venta y arreglo de máquinas de escribir, artilugios mecánicos que hoy han desaparecido de nuestras vidas y que ya muchos ni han conocido, sustituidos por los ordenadores
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