Los viejos salones de billares y futbolines donde la destreza y la habilidad entraban en competición con los famosos "pierdepagas", además de muchos mirones que pasaban allí el tiempo sin jugar, han ido desapareciendo de las calles de Madrid para dejar paso a la electrónica y las máquinas tragaperras. Famosos fueron los Billares Callao, en el sótano del cine Callao, con 32 mesas de billar, incluidas algunas exclusivas para profesionales y de una sala aparte dotada de graderío para la celebración de competiciones. Un bar americano completaba las instalaciones