Este artilugio con aspecto de pimentero o moderno sacacorchos no es otra cosa que un sofisticado y primitivo sifón. Se componía de tres cuerpos: el receptáculo, de vidrio blanco, recubierto con una malla de metal, que se rellenaba de agua; una esfera de metal niquelado, que se atornillaba al anterior y estaba atravesada por un tubito que ponía en comunicación el primer cuerpo con un tercero, una caperuza también atornillada destinada a recibir una cápsula, llamada "Sparklets", de ácido carbónico comprimido, que se mezclaba con el agua. Los primitivos sifones "Sparklets" se comercializaban en Madrid a finales del siglo XIX en la calle del Arenal, número 5, en una tienda llamada La Cocina. Los compradores del invento recibían un prospecto de instrucciones con algunas sugerencias a modo de recetario. Además del tradicional agua de seltz, los usuarios podían producir todo tipo de gaseosas, un delicado Champagne a partir de un peleón vino blanco y de la pasteurizada leche una riquísima bebida espumosa