EL MADRID CASTIZO

En Lavapiés, como en Las Vistillas o en la Paloma, pasando por el Rastro, está el alma de los "Madriles", del Madrid de los barrios bajos, del Madrid jaranero y costumbrista, el del chotis, aromado con perfumes de fritanga, churros y gallinejas. Y ese espíritu del madrileñismo más puro se viste de chulapón en las fiestas de san Cayetano, san Lorenzo y la Paloma, y se hace carne castiza en los personajes de zarzuelas inolvidables como La Gran Vía, La Verbena de la Paloma, Agua, Azucarillos y Aguardiente, La Revoltosa o El Barberillo de Lavapiés. De aquí, de sus calles, de sus patios de vecindad y de sus gentes se sacaron no pocos escenarios para multitud de obras del llamado "género chico". Tomaron de aquí la gracia chispeante, el donaire, la ocurrencia, el chiste oportuno y ese hablar tan madrileño y especial
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