Palacio de Santa Cruz, antigua Cárcel de Corte, en la plaza de la Provincia. A lo largo de su historia, el pueblo criticó la situación inhumana de los calabozos y los tormentos que se infligían a los presos. No se hizo nada hasta 1831, año en que éstos fueron trasladados al antiguo Saladero de Tocino, en la plaza de Santa Bárbara, porque habían contraído una peligrosa epidemia y se temía que se extendiera fuera de las rejas. Aun así, los vecinos de la antigua cárcel aseguraron durante siglos que se oían gritos desgarradores. La leyenda cuenta que eran espíritus de carceleros y de quienes murieron tras ser torturados