DON TANCREDO

En la antigua plaza de toros de la Fuente del Berro (donde hoy se levanta el palacio de los Deportes), fue muy popular Don Tancredo, (Tancredo López "El Rey del valor"), un novillero valenciano de finales del siglo XIX y principios del XX, que para saciar el hambre desarrolló con relativo éxito una suerte consistente en vestirse de blanco con ropas de época o cómicas, empolvarse la cara y subirse a un pedestal en los medios, desde el que recibía al toro en absoluta inmovilidad. El astado, tras iniciar carrera hacia el bulto, iba deteniendo su marcha al observar la inmovilidad del mismo, y terminaba llegando al paso, olisqueando la presunta estatua y poniendo su atención en otro sitio para regocijo de los asistentes. Debutó en Madrid el 30 de diciembre de 1898 y repitió actuaciones en las temporadas siguientes. El público acogió con entusiasmo la actuación, y poco a poco fueron muchos los que le imitaron, generalmente personas desesperadas a la búsqueda de ganar dinero fácil, pues eran muchas las cogidas que se producían. Así las cosas, el Tancredo fue prohibido por las autoridades. Pero fue tan famoso, que se ha incorporado a la filosofía de vida española y al lenguaje común, sobre todo en política, para designar al que entiende que la mejor receta para enfrentarse a los problemas es la quietud absoluta.
En las pantallas, fue celebradísimo el Don Tancredo interpretado por Fernando Fernán Gómez en la película El Inquilino
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