El establecimiento comercial que más ha influido en el comercio moderno de España no estuvo en Francia ni en Estados Unidos sino en Cuba, y se llamaba Almacenes El Encanto. Cuba en el último tercio del siglo XIX se había convertido en la colonia española más poderosa, y su capital, La Habana, disfrutaba de una renta per cápita superior a la española. En estos almacenes trabajaron y cogieron experiencia comercial Pepín Fernández, que luego en España abrió en 1934 la tienda de Sederías Carretas, embrión de Galerías Preciados, y Ramón Areces, creador del Corte Inglés.
Sederías Carretas, en la calle de ese nombre, estaba especializada en la venta de tejidos, aunque paulatinamente se incorporaron para la venta géneros de confección. La principal novedad fue la pulcritud y amabilidad de sus empleados y que los mostradores fueron sustituidos por mesas de exposición, donde se colocaban los artículos de forma que todo el mundo pudiera contemplarlos. Y muy importante fue el presupuesto destinado a publicidad. En 1943 dieron el salto a la calle Preciados (actual Edificio de La Fnac, ya con el nombre de Galerías Preciados). Luego abrieron centros en toda España. Se dijo que Carmen Polo de Franco fue una importante accionista. En 1995 fue adquirida por El Corte Inglés