En los aledaños de la Puerta del Sol hay dificultad por sortear a las decenas de hombres y mujeres reclamo que con sus chalecos fluorescentes intentan venderte las excelencias de las varias tiendas de venta y empeño de oro que representan. "¡Compro oro!". "¡Precio máximo!". "¡Hoy, 20 euros el gramo!". Parece que fuera el parque temático del oro. Juegos de luces, megafonía, vitrinas repletas de joyas con un 50% de descuento y un constante ir y venir de amantes del metal y del dinero dispuestos a vender la última cadena de oro de su madre para irse de vacaciones o comprarle a la novia una pulsera que no podrían pagar en una joyería al uso. El negocio parece ir viento en popa. Cuando la moneda está a la baja es el oro el que sube. Pero no es oro todo lo que reluce, la policía recupera todos los días en estos locales muchas piezas robadas