LOS MENDIGOS RUMANOS

Imagínense que no tienen nada para comer, ni una vivienda, ni familia a la que acudir porque no están en su país de origen y además sufren una discapacidad que les hace depender de alguien para sobrevivir. Esto es lo que viven algunas de las víctimas de la mendicidad organizada. ¿Quién no ha visto a una de estas personas pidiendo dinero? Y aun teniendo una grave minusvalía, ni siquiera nos preguntamos cómo han podido llegar hasta allí. Existen mafias rumanas y de algunos países del este que los obligan a mendigar durante más de 12 horas diarias, condenados a una esclavitud perpetua, incluso en bastantes casos a fingir esa minusvalía. No puede haber tanto lisiado