1989. Cantina-fonda de la estación de Alcázar de San Juan. El zócalo de azulejos (de 1873) refleja unos mil pasajes del Quijote. Del artesonado de madera cuelgan copias en escayola (las originales de hierro pesaban demasiado) de lámparas realizadas con ballestas de antiguas locomotoras de vapor. Destaca el monumental aparador a espaldas del mostrador, rematado con reloj, genuino del último tercio del siglo XIX. Hace años, en una gran mesa corrida de madera, se ofrecía a los viajeros (los trenes paraban alrededor de los 15 minutos) café servido con grandes cafeteras de aluminio y tortas de Alcázar
                       
                                                                                 
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