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CASA DE MUÑECAS
Se la regalé a mi mujer, y desde que la empecé a construir, allá por los años 90, hasta que la terminé, transcurrieron casi cinco años, naturalmente trabajando sólo a ratitos.

Imita una residencia de la alta burguesía de finales del siglo XIX o primeras décadas del XX, con dos plantas y fachada en ladrillo visto, más ático forrado con placas de pizarra. Su estilo es diverso, dejémoslo en “antiguo”. Los enmarcamientos de ventanas, cornisas, remates, alero y balaustrada son de estuco. El zócalo y la portada, de aire barroco y que llega hasta el final de la segunda planta, de piedra.

Los materiales empleados muy diversos: madera, cartón, arcilla, plástico, alambre, hojalata, aluminio, cobre, latón, clavos, chinchetas, cientos de menudencias retocadas…

La mayoría de los muebles son totalmente artesanos y algunos empleando juguetitos de “plastiquillo malo” y de colorines, convenientemente modificados, oscurecidos y barnizados. Sí utilice los de una colección que hubo, en plástico ya barnizado, de medidas idóneas y muy barata. Los que vendían y venden en tiendas especializadas son de una escala superior a la que necesitaba y con precios no precisamente muy asequibles.

Igualmente artesanos son todos los accesorios y menaje, empleando miles de cosas. Muy útiles me fueron las carcasas de aluminio de condensadores eléctricos, con variedad de medidas, o los tubos y canutillos de plástico.

La instalación eléctrica es a 12 v, empleando la fuente de alimentación precisa. Las diversas bombillitas son las empleadas en maquetas ferroviarias. Las lámparas son todas artesanas, a excepción de la araña del salón.