CAFÉ DE SAN MILLÁN. En la ahora inexistente plazuela de San Millán, engullida por la calle de Toledo, en el hoy número 61, estuvo el Café de San Millán, siempre lleno a rebosar de ganaderos, arrieros y todo un público de blusa y alpargata, abierto en 1876. Era uno de los pocos espacios en que las mujeres podían reunirse abiertamente, y por allí pasaron planchadoras, vendedoras del vecino mercado de la Cebada y cigarreras de la Fábrica de Tabaco de Embajadores. En el año 1884 el café cambió de dueño y de decoración, convirtiéndose en un local elegante. Cerro por los años 50 del pasado siglo y en su lugar abre una cafetería con el mismo nombre