a existían procesiones de Semana Santa desde antiguo. Hay documentos de 1568 en los que se cita a la Cofradía de Jesús Nazareno, y en 1777 figura también en ésta como titular María Santísima de la Soledad, única entre toda la imaginería de la antigua Semana Santa de Criptana que se salvó en la Guerra Civil (1936-1939).
Se guardaba esta imagen de la Virgen de la Soledad en la hoy ermita de San Cristóbal, entonces dedicada a la Virgen, erigida en 1702 para que la población que trabajaba en las eras existentes hacia el oeste de la villa pudiera cumplir el precepto festivo de oír misa. En tiempos fue también capilla del primer cementerio (ubicado en parte de lo que luego fue la yesería de Licerio y hoy Mercadona) que hubo en Criptana. Pues bien, al principio de la guerra, Abel Calonge y su hermano Santiago, que tenían una carretería al lado de la ermita, entraron sigilosamente en ella, se apoderaron de la Virgen y la mantuvieron escondida en el taller entre carros, maderas y ruedas hasta el final de la contienda. Y a los pocos días, fue la única imagen —no había otra— que salió en la Semana Santa de ese año, 1939. Me lo contó todo esto Lola, madre de mi amigo Luis Pedro Perucho Calonge e hija de Abel.
Imagen de la Soledad tal y como salía en las procesiones de antes de la Guerra Civil
Antigua ermita de la Soledad, ahora de San Cristóbal
La imagen de Jesús era una magnifica talla en madera que poseía como la actual un mecanismo para simular dar las caídas de Cristo en el camino al Calvario. Desfilaba en la procesión del Viernes Santo por la mañana temprano junto con la soldadesca y fieles, en una especie de representación en la que el sonido lastimero de varias grandes tubas de tres o cuatro metros sobre ruedas —aún se conservan— añadido al de los tambores, trompetas y campanillas simulaban las burlas a Jesús.
Solamente desfilaba la figura del Nazareno, por eso se le vino en llamar Procesión del Paso, como en la actualidad, a pesar de que ahora va acompañado por otras imágenes y cofradías. Sí conservamos de aquellos años el sonido de las campanillas precediendo el paso de Jesús, invitando con su sonido a la meditación y el silencio.
Imagen de Jesús Nazareno destruida en la Guerra Civil
Desaparecida imagen de Jesús Nazareno a su paso por el Pozo Hondo antes de la Guerra Civil
Antes de la Guerra Civil esta misma cofradía poseía la mayoría de los pasos que procesionaban en la Semana Santa, tales como el Santo Sepulcro, Jesús Orando, el Prendimiento, San Juan Apóstol y Virgen de los Dolores, así como un Calvario que se montaba sobre las andas de la Soledad con la imagen de un Cristo que se encontraba en la iglesia del Convento y las tallas de María y de María Magdalena, que eran de propiedad privada. Todo desapareció el 19 de agosto de 1936. Sacados en camionetas a las afueras del pueblo, fueron destruidos a hachazos y por el fuego.
Antiguo paso del Calvario en una fotografía de finales del siglo XIX
El paso de Jesús Orando estaba compuesto por la figura de Jesús en madera tallada y con peluca de pelo natural. La túnica, de terciopelo morado con encajes en el mismo color. Se completaba con un ángel de pequeño tamaño sobre un montículo y delante de un olivo.
Antigua imagen de Jesús Orando. Procesión del Paso en la calle Caídas en 1922
El Prendimiento era llamado por las gentes el "Santo de los Caleros", tal vez por ser este gremio el que usualmente lo procesionaba. Estaba compuesto de un sayón, la imagen de Jesús y un soldado romano, todas ellas talladas en madera. La de Jesús vestía una túnica de terciopelo morado.
Antigua imagen del Prendimiento
San Juan era una talla de vestir con peluca y, al contrario de la iconografía tradicional, con una crecida barba.
La imagen de María Magdalena desaparecida en la guerra, talla en madera también, estaba dispuesta para ser vestida.
Fotografía de finales del siglo XIX. Procesión del Santo Entierro con San Juan, la Virgen de la Soledad y María Magdalena
La Hermandad de la Veracruz también se cita en los documentos antes aludidos de 1568. Desfilaban con una cruz y una muy buena imagen tallada en madera de Jesús atado a la columna, presentando una postura firme y resistiendo los azotes, posiblemente del siglo XVII. A estos pasos se añadieron posteriormente una imagen de la Santísima Virgen que aparecía en las antiguas solemnidades del Sábado de Gloria, un Niño Jesús que era sacado en diversas procesiones, Jesús Resucitado (sustituido en 1928 por otro nuevo) y el grupo escultórico del Descendimiento de Nuestro Señor (Desenclavo), talla del valenciano José Gerique Chust, adquirida en 1906. No quedó nada después de la guerra.
Antigua imagen del Cristo de la Columna
Descendimiento (Desenclavo) antiguo
Las procesiones estaban menos organizadas que las actuales y no era muy masiva la presencia de nazarenos.
Procesión por las años 20 del pasado siglo. En primer término, el Cristo de la Columna llegando al Calvario.
El siguiente paso que se aprecia es el de Jesus Nazareno
Los Sábados de Gloria, al tocar las campanas después de Misa Mayor, desde unas ventanas que tenia la iglesia antigua junto a la torre, los llamados camariles, se echaban al aire aleluyas recortadas para regocijo de la chavalería, algunas de broma (El bobo de Coria, El mundo al revés, Jauja...) y otras de tipo religioso. Entre las peleas que se organizaban por acapararlas y las piedrecillas que se tiraban entre los liotes de aleluyas para que no volaran, más de uno acababa malparado. Otra costumbre de ese día era el "repelón", cuando grupos de "mocetes" se apostaba para asaltar al que pasara muy repeinado y con unas tijeras repelarlo. No era una broma de buen gusto y acababa violentamente por lo general.
Iglesia desaparecida en 1936. Adosada a la nave, a la izquierda de la entrada y junto a la torre,
se encontraba la sala de los archivos con las cuatro ventanas de los llamados "camariles"
Aleluyas de "El mundo al revés"
También en Sábado de Gloria, fecha al parecer cargada de tradiciones, se recogían y guardaban piedras al toque de las campanas, que servían luego, tirándolas en todas las direcciones, para alejar un mal nublado que amenazara tormenta durante el verano.
Similar propósito tenían las velas del Santísimo que las familias aportaban para contribuir a la iluminación del Monumento, y que luego se llevaban a casa parcialmente consumidas. Encendidas en días de tormenta evitaban el pedrisco.
Y una más, el Domingo de Resurrección por la mañana, eran "Los Peleles", muñecos rellenos de paja que se colgaban por el cuello de los balcones, en clara burla de la derrota de Judas por la Resurrección de Cristo, que más tarde se manteaban, mientras se cantaba:
Pelele esta malo,
¿qué le daremos?
Agua de caracoles,
que críe cuernos.
Su madre lo quiere,
su padre también.
Todos lo queremos,
¡arriba con él!
Publicada por Rosa María Rodríguez-Manzaneque en el grupo de Facebook No eres de Criptana si"
Las tradiciones se conservan
Por último, como colofón de la Semana Santa, durante el Sábado y Domingo de Gloria se exponían todos los pasos en sus correspondientes ermitas para que la gente fuera a visitarlos, hábito que continuó hasta los años cincuenta del pasado siglo.
imágenes de la antigua Cofradía de Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad antes de la Guerra Civil
Al término de la Guerra Civil las cofradías se reorganizaron, y fue la de Jesús Nazareno con una nueva imagen realizada en talla de vestir por los hermanos Zapater, acompañada de la Soledad de siempre, la primera que procesionó en 1940. La del Cristo de la Columna, con la talla realizada por Francisco de Paula Gomara e inspirada en la antigua, no lo hizo hasta 1942.
La nueva imágen de Jesús Nazareno, que procesionó por primera vez en 1940
La Filarmónica Beethoven en las primeras procesiones de Semana Santa despues de la Guerra. ¡Y con túnica de nazarenos!
La imagen de Jesús atado a la columna que procesionó por primera vez en 1942
En esos primeros años tras la contienda los pasos cruzaban las ruinas de la antigua iglesia, rememorando que tradicionalmente las procesiones pasaban por el templo parroquial entrando por la puerta de la Plaza y saliendo por la que llamaban puerta "Cierzo" para seguir por la calle de Santa Ana.
Paso de la procesión por el solar de la antigua iglesia, incendiada en 1936
El 4 de marzo de 1946, en la sacristía de la iglesia del Convento, y a instancias del entonces recién llegado nuevo párroco, don Gregorio Bermejo López, se creó la Comisión Parroquial de Semana Santa, germen de la luego Junta General de Cofradías. Su intención: conseguir que las procesiones y cultos externos resultasen lo más solemnes posible sin perder el recogimiento, penitencia y piedad que exigen esos días.
Y ese es precisamente el signo de identidad de la Semana Santa criptanense: solemnidad y recogimiento. Semana Santa que desde entonces ha venido publicando todos los años ininterrumpidamente un programa con textos formativos y divulgativos sobre la gran fiesta cristiana y con los actos y procesiones a celebrar.
Programa de Semana Santa de 1946 y detalle de las celebraciones del Viernes Santo
Cuatro eran las hermandades o cofradías en ese momento existentes, pues a las antiguas de Jesús Nazareno y del Cristo de la Columna se habían añadido la del Santo Entierro en 1940 y la de Jesús Cautivo en 1946. Pocos días después también la del Cristo de la Expiración (tras un primer intento malogrado en 1940) y la de San Juan en 1958. Tras el vació que dejó la Guerra Civil, era necesario que todas ellas agregaran en aquellos primeros años 40 y 50 nuevos pasos que dieran vistosidad y sentido a las procesiones de Semana Santa. Con el tiempo han ido en aumento y renovándose.
En la Hermandad de Jesús Nazareno, a las imágenes titulares (la Virgen de la Soledad bajo palio con varales de plata y manto de terciopelo negro en 1952) agregaron en esa época inicial la Oración de Jesús en el Huerto, en 1940, y la Verónica y María Magdalena, ambas tallas de vestir de Julián Cristóbal en 1942. De tiempo posterior es San Pedro, el Niño de la Bola y el Beso de Judas.
Virgen de la Soledad
1957. La Oración de Jesús en el Huerto
1957. La Verónica y María Magdalena
San Pedro, incorporado a las procesiones de Semana Santa en 1962
El Niño de la Bola, incorporado a las procesiones de Semana Santa en 1963
En la Hermandad del Cristo de la Columna añadieron la Cruz de Mayo, en 1945; el Descendimiento, en 1946, y el Santo Niño Pasionario y el Resucitado, ambas en 1947. Posteriormente, Jesús de Medinaceli, María Santísima de la Redención y la Santa Cena.
En la del Santo Entierro, al Sepulcro inicial (talla de Vicente Zapater de 1940) sumaron Nuestra Señora de la Piedad en 1947.
Cruz de Mayo
1957. El Descendimiento (popularmente el Desenclavo)
1957. El Niño Pasionario
1957. El Resucitado
Procesión del Santo Entierro en 1951. Don Gregorio, en el centro, con sus coadjutores don Julio Gil y don Santos Muñoz
La Piedad saliendo de la ermita de la Madre de Dios, que aún conservaba su antigua portada
En la Hermandad de Jesús Cautivo (más conocido como el Prendimiento, de1946), incorporaron la Santa Cruz de la Merced, que es anterior, de1940, y el Balcón de Pilatos, de 1947, con muchas reformas posteriores. Después, la Virgen de la Amargura y la Crucifixión.
1957. El Prendimiento
Santa Cruz de la Merced. Al principio portada por un penitente y luego con andas
Rincón del Teatro Cervantes con la PBL en 1946.
Imagen del Ecce Homo, que en 1947 se integraría en el paso del llamado Balcón de Pilatos o Sentencia
Balcón de Pilatos antiguo. Su sustitución en 1962 por otro nuevo realizado por nuestro polifacético artista local Francisco
Valbuena causo sensación, para muchos negativa. Éste antiguo nos resultaba más familiar, incluso más cinematográfico
según lo que entonces habíamos visto en el cine, sobre todo la figura erguida y arrogante de Pilatos
Balcón de Pilatos de 1962, obra de Francisco Valbuena, que a su vez ha sido ampliamente renovado posteriormente
En la Cofradía del Cristo de la Expiración (talla de Juan Cristóbal de 1939), se añadió la Virgen de la Esperanza (de Julián Cristóbal, sobrino de Juan, el escultor del Cristo), en 1947. Más tarde, la Elevación de la Cruz.
En la de San Juan, la Virgen de los Dolores, tallas ambas de vestir de Faustino Sanz Herranz, en 1958. Luego, la Sagrada Lanzada.
Y de la Junta General de Cofradías, la Borriquilla, en 1958.
1957. El Cristo de la Expiración
La Virgen de la Esperanza en 1947, en su primer año de salir en procesión, con unas andas muy estrechas destinadas a un
Cristo Yacente y conseguidas en un taller de Madrid a mitad de precio por no haber sido retiradas por una cofradía disuelta
Antigua imágen de San Juan, de la Hermandad de Jesús Nazareno,
que procesionaba antes de la creación de la nueva Hermandad de San Juan
Imagen de San Juan en su nueva cofradía creada en 1958
Virgen de los Dolores
La Borriquilla
Alma mater de la Semana Santa de aquellos años, además de don Gregorio, fue Francisco López-Casero, El Monarca, que vivía en el cruce entre las calles de Cervantes (Torrecilla) y la del Cardenal Monescillo, en el enclave famoso de las "cuatro esquinas". Era presidente de la cofradía del Cristo de la Columna desde 1944, y se le veía siempre sin capirote, con la capa recogida sobre el brazo y organizando la procesión del Jueves Santo en interminables paseos de arriba abajo. Antes, desde su casa, atiborrada de cofrades y anderos que hacían hora dando buena cuenta del cesto de magdalenas y el lebrillo de zurra, partía la comitiva que iba en busca del predicador —don Santos Muñoz, generalmente— para acompañarlo, vestido de roquete de amplios encajes y entre sones de campanillas, a la ermita de la Veracruz, donde los fieles, a las cinco y media de la tarde, se prestaban a oír el famoso sermón de la Flagelación. Se contaba como anécdota que en uno de ellos, don Santos expresaba la indeterminación bíblica sobre el hecho diciendo: "No se sabe con certeza si fueron 2.000 ó 3.000 los azotes que le dieron, pero el caso es que lo dejaron hecho una lástima". Y sobre la crucifixión: "Unos dicen que fueron cuatro clavos, otros que tres, pero el hecho es que lo clavaron".
Posiblemente una inicial Junta de Cofradías de Semana Santa de Criptana posando en un salón de fotógrafo.
El segundo por la izquierda es Francisco López-Casero, El Monarca
El Descendimiento (Desenclavo) en la calle de la Virgen, enfilando hacia la Plaza junto a la antigua farmacia de Sureda.
En el centro de la imagen se ve a Francisco López-Casero, El Monarca, vestido de nazareno
El Monarca, aprovechando amistades, hasta logró introducirse en la programación de Radio Madrid y, a través de las ondas, hacer un canto de nuestra Semana Santa comparándola con las mejores de España.
1951. Francisco López-Casero, El Monarca, en Radio Madrid, en este caso presentando
a la Filarmónica Beethoven en el concurso "Desfilan las Bandas"
Él intentó en 1948 traer la Banda de Cornetas de la Brigada de la Cruz Roja de Madrid, pero al ser excesivo su presupuesto —cinco mil pesetas— no se llegó a un acuerdo. No obstante, al año siguiente vinieron gratis. En años posteriores fue la Banda de Marina de Cartagena. Y él fue quien creó aquí bajo el auspicio del Frente de Juventudes de Falange y luego de la OJE y de su propia Hermandad, la tan recordada y mítica Banda de Cornetas y Tambores de San Fernando.
Los de mi edad aún recordamos a Antonio Calonge, Tablas, como jefe de tambores (hacía malabarismos con las baquetas, los palotes, y no creo que nunca nadie haya conseguido redoblar como él; tocaba también la batería en la orquesta Mambo), y a Tete, el de los Alcuzones, al frente de las cornetas. A Manolo Iniesta, de los Sopicas, que luego fue durante muchos años director de la Banda, a su hermano Juanito, a su vez jefe de cornetas y de banda en años siguientes, como lo fue Ángel de la Torre de los tambores. Y a muchos otros: los Buqueques, Eugenio El Sordo, Desi Mota, Aurelio (hijo de Modesto el policía), Geromo… Mi amigo Paco Valera toco en los tambores durante cuatro años, y también su hermano Jesús Antonio y su primo Augusto, que llegó a ser jefe de cornetas. Muchos de ellos pasaron luego a engrosar las filas de la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan.
Primeros tiempos de la Banda de Cornetas y Tambores de San Fernando
Mítica Banda de San Fernando
La Banda de Cornetas y Tambores de San Fernando posando al completo con el Desenclavo al fondo
Nueva savia
Ensayo de la Banda de Cornetas y Tambores de San Fernando en el Hogar de la OJE
Por aquellos años desfilaban junto a los nazarenos de la cofradía del Cristo de la Columna una centuria de soldados romanos con tambores —el padre de los Carasios era el jefe y reclutaba por unas pesetillas a su mesnada—, que causaban más risa que otra cosa. Las armas, la coraza y el casco hechos por un hojalatero cofrade; la túnica verde y también la cresta, y las sandalias atadas con cordones sobre las canillas al aire o luego sobre una especie de leotardos con zancajos, les daban un aspecto escasamente guerrero. Y sucios en general, famélicos y enclenques, causaban poco respeto por decirlo de alguna manera.
Ya hubo una Compañía de Soldados Romanos antes de la Guerra Civil. Entonces incluso se subastaban los trajes al igual que se hacía con las imágenes, y, además de desfilar en perfecta formación, custodiaban y hacían los relevos pertinentes en los monumentos instalados en la iglesia parroquial, en el convento y en la capilla del asilo junto a la fuente del Caño. El jefe entonces era Ramón Rodrigo, el de la posada de la calle del General Monescillo con —portá— por la de la Soledad, y los hermanos Quiñones (Juan José y Urcisino), uno de tambores y otro de cornetas, los cabecillas de la banda. Ya antes Salustiano Madrid (Caneco) había sido "corneta mayor" y habían pertenecido al grupo Vicente de la Guía, un tal Sabín y uno apellidado Carramolino.
Compañía de Soldados Romanos anteriores a la Guerra Civil posando en estudio de fotógrafo
Romano con muy buena presencia posando para el fotógrafo Sánchez Chuliá en 1921
Romanos después de la Guerra Civil no ya con el buen aspecto de los anteriores
Algunos de aquellos romanos iban a caballo abriendo la procesión
1947. La centuria de romanos al principio de la calle de Santa Ana. La iglesia empezó ese año a construirse, al fondo se ve el
antiguo Teatro Cervantes, y la balaustrada de la derecha es la de la terraza del Casino de la Concordia (El Hogar del Productor)
Y en esta otra, de 1953, los romanos dan custodia a la Banda de Cornetas y Tambores de Marina de Cartagena
Otro sermón famoso que venía de antiguo y entonces sólo para hombres era el de la Pasión, conocido como el de la "Madrugá", en la ermita de la Madre de Dios. Empezaba a las tres de la noche y terminaba al clarear el Viernes Santo, poco antes de iniciarse la procesión del Paso. Era un sermón teatralizado, inquietante y lleno de emociones, con las imágenes del Nazareno y la Soledad angustiada y llorosa en el altar, frente a los fieles, muchos de ellos sentados en el suelo por falta de espacio. Cuando salía el predicador, con roquete y muceta, como la solemnidad del acto requería, custodiado por dos penitentes encapuchados tocando unas campanillas, el silencio se hacía sepulcral. Subía al púlpito y empezaba la representación, con su oratoria más preparada, desgranando los pasajes de la Pasión, con la ayuda inestimable de Jerónimo Fernández Moquita como el más genial actor del sermón, que acompañaba con gritos, ruidos, improperios, azotes, dialogando con el de Galilea, escenificando la sentencia de Pilatos… Moquita era el casero del convento, polifacético, pues además ejercía como árbitro de fútbol.
Cuando llegaba la escena del Gólgota, los ojos del auditorio estaban húmedos; el corazón desconsolado; la lengua seca por tanta angustia. Pero llegaba la esperanza de la Resurrección, se encendían las luces de la ermita y todos se levantaban para iniciar la procesión.
Texto de la sentencia de Poncio Pilato publicada por Primitivo Olivares en el grupo de Facebook "No eres de Criptana si".
Era leido por Jerónimo Fernández Ramos Moquita, primo de su madre, y antes por su bisabuelo Manuel Ramos Lucerón
Antigua entrada a la ermita de la Madre de Dios y don Gregorio Bermejo
Este sermón debió perder posiblemente fieles, dada la hora tan intempestiva, y se reubicó primero a la una de la noche, para en el año 1955 ser trasladado de nuevo por don Gregorio a la explanada del Calvario, una vez que allí llegaba la procesión del Paso y, tras ser creada la cofradía de San Juan, la del Encuentro. Fueron tiempos en los que el durante tantos años párroco dejó la impronta de su carácter. Hombre excepcional, orondo, socarrón y pertinaz, desde el pulpito instalado junto a la caseta del agua era capaz de congregar allí a medio pueblo, si no entero. El énfasis y la vehemencia de su personalísima escenificación de la Pasión, con los pasos allí presentes y la ayuda de nuevo de Moquita y otros actores, y con Ramón Ramírez a cargo de la megafonía y efectos especiales, a todos emocionaba y cautivaba.
Sermón de la Pasión en el Calvario en 1957. En la escenificación, con don Gregorio en un púlpito instalado junto a la caseta
del agua, se ven los pasos del Prendimiento, el Cristo de la Columna, el Balcon de Pilatos y Jesús Nazareno
Sermón en el Calvario en 1957. Y aquí el encuentro de Jesús Nazareno con la Virgen de la Soledad
Y otra más con la segunda caída de Jesús y la Verónica
Cambiaron los tiempos y marchó don Gregorio, y el sermón de la Pasión siguió celebrándose en el Calvario hasta 1967. Al año siguiente pasó a la Parroquia, antes de la procesión.
Cambió también la Semana Santa. Antes, el Miércoles Santo se celebraba la procesión del traslado de Jesús Cautivo o del Prendimiento desde la ermita de Santa Ana hasta la de la Madre de Dios.
El Jueves Santo, a las tres y media, se realizaba la ceremonia del Lavatorio de los pies a doce pobres, al igual que hizo Jesús con sus apóstoles, a quienes previamente se había invitado a una comida costeada y servida por mujeres de Acción Católica (luego pasaron a ser doce niños que salían en la procesión del Domingo de Ramos). Inmediatamente después, el sermón del Mandato, y antes de la procesión, en la Veracruz, como ya antes apuntábamos, el de la Flagelación.
Ceremonia del Lavatorio de pies. Años 50
El Viernes Santo, a las tres de la tarde, el sermón de las Siete palabras, y a las seis y media, el del Desenclavo en la ermita de la Veracruz —mucho sermón, parece—. Por la noche, a las once, la procesión de la Soledad y traslado de los distintos pasos a sus ermitas respectivas.
Como antes de la reforma conciliar no se celebraban misas por la tarde y menos por la noche, el sábado era ya Sábado de Gloria, y la Misa Mayor de Aleluya. Y ya en Domingo de Gloria, se celebraba a las seis y media de la mañana la procesión del encuentro del Resucitado con su Santísima Madre, en la Plaza, y a continuación la Misa de Resurrección.
Y mucho han cambiado las maneras. Entonces era impensable que los bares estuvieran abiertos y llenos de gente. Todo se cerraba a cal y canto, incluidos los cines, si no fuera para poner una película de tipo piadoso o sobre la Pasión. Las radios sólo emitían música religiosa o clásica. Cuando apareció la televisión, igual; todo eran retransmisiones de procesiones, de ceremonias litúrgicas o de conciertos de música sacra. Los santos de las iglesias se tapaban con grandes lienzos de color morado. Se estaba una semana como de luto, hasta que llegaba la explosión de júbilo del Sábado de Gloria. Ese día era costumbre que cines y teatros, sobre todo en las capitales, hicieran sus estrenos para la nueva temporada.
Recuerdo de aquellos años, siendo chico, que con la Semana Santa, si bien la fecha es cambiante como todo el mundo sabe, llegaba la primavera, y de ello la gente se vestía, y se quitaba abrigos, y estrenaba ropa, y presumía, aunque en el fondo aún hacía frío. Se pasaba del gris invernal a los colores cálidos y llamativos.
Cuando veo pasar ahora los carros de baratijas que anuncian la llegada inminente de las procesiones, no puedo olvidarme de unas pelotitas de trapo, forradas de badana blanca, con una larga goma y un lazo para anudarlo a uno de los dedos de la mano, que hacían furor entonces. Como todos los juegos, las pelotitas tenían su temporada, y ésta era —ignoro el porqué— la Semana Santa. Con ellas nos dábamos pelotazos, se estiraba la goma, y luego recuperabas con la mano.
El hoy... y el ayer
La Semana Santa tenía y tiene sus comidas, y por lo que yo logro recordar, poca gente guardaba el ayuno; es más, se comía incluso en mayor cantidad y con manjares exquisitos por ser días de fiesta. Sí se cumplía la abstinencia de carne en los días señalados, pese a que pagando unas "bulas", que había que ir a retirar en casa de don Santos Muñoz, uno de los sacerdotes coadjutores, se aliviaba en gran medida. No faltaba nunca el potaje de garbanzos con habichuelas, un puñado de arroz, pelotillas y bacalao. Las gentes lo tomaban el Jueves Santo, pero en mi casa era el sábado. Mi madre, gran cocinera, preparaba sus especialidades para semana tan especial. Nunca dejo de hacer albóndigas de bonito en escabeche, bacalao a la vizcaína, pescadilla con vinagreta, ensaladilla rusa, unos huevos rellenos y cogollos de alcachofas con salsa de tomate y al horno, y para el Viernes Santo, tradicionalmente, dos tortillas de patatas, que ya dejaba hechas antes de irse a la procesión del Paso, tajadas de bacalao frito que se hacían en el último momento y una gran fuente de tomatilla.
Bulas que se compraban a la Santa Iglesia para paliar la obligación del ayuno y abstinencia en Cuaresma y Semana Santa
En mi casa el mojete era la "tomatilla de Parmenio". Y es que al principio de los años 50 vino al pueblo por Semana Santa una prima de mi madre de Madrid, Maruja
Beamud, a visitar a la familia y a presentar a su reciente marido, el tal Parmenio. En varias casas fueron invitados a comer, y en la nuestra el hombre se explayó,
sintiendo tal vez un grado de complicidad por la igualdad de edades con las de mis padres, y nos comentó que estaba harto de la dichosa tomatilla que era
plato habitual en todos los sitios en donde comieron. Desde entonces quedo para la posterioridad lo de la "tomatilla de Parmenio"
Y también sus dulces: enormes platos de natillas y de arroz con leche (arroz con duz), de postre; buenos cestos de magdalenas, mantecados, rosquillos y galletas, para el gasto propio y para invitar, con un vasete de mistela, a las visitas y a los familiares de fuera que regresaban al pueblo para esos días, y hornazos para el día de la Virgen. Se cocían en casa si se tenía horno (a mi abuela paterna, Venancia, le salían unas magdalenas riquísimas) o se llevaba todo lo necesario a hornos que se dedicaban a ello. Después de una tarde de laboriosidad, por la noche te traías tu buena remesa de cochura a casa. Recuerdo que ayudábamos a mi madre a llevar y traer las cosas, y a tres mujeres que tenían horno grande y se dedicaban a este menester: la Alejandra, por el Pozo Hondo; la Vicenta, madre de Ramón el de la posada, por la Tercia, y la Angelita, al principio de la calle del Monte
Magdalenas, galletas, rosquillas y una copita de mistela
Regresando al tema de las procesiones, por aquella época de tener yo corta edad, los años cincuenta del pasado siglo, los nazarenos eran todos hombres. Cambió cuando la Cofradía de San Juan adquirió la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores y muchas mujeres quisieron y consiguieron salir en procesión detrás de la Virgen. Su ejemplo fue seguido en muchas cofradías, aunque al principio muy tímidamente.
La creación de esta cofradía de San Juan en 1958, con su ímpetu inicial, su flamante banda de cornetas y tambores y sus magníficas túnicas en terciopelo, fue un revulsivo para las demás, que empezaron a reclutar nuevos cofrades, a pensar en la adquisición de nuevos pasos y a cuidar más la vestimenta, hasta entonces en muchas de ellas en tela, raídas, descuidadas y pequeñas de talla, raquíticas, en su mayoría.
Hermandad de San Juan. Primeras nazarenas
Banda de Cornetas y Tambores de San Juan
Banda de Cornetas y Tambores de San Juan
La costumbre de echarse los pasos "a la una" se generó al tener que sacarlos de las ermitas a ras del suelo por la pequeñez de los dinteles y tener que depositarlos en la mitad de la calle. Su elevado peso obliga a ese impulso para elevarlos. Luego se generalizó por la existencia de cables que cruzaban la calles y estorbaban para el paso de la imágenes, pero la inmensa mayoría de las veces sin ton ni son, como bravuconería de los anderos y con el beneplácito equivocado de las gentes.
—¿Estáis? —gritaba el jefe de la cuadrilla de anderos.
—Sí.
—¿Estáis?
—Sí.
—¿Estáis? (era, a la tercera, el momento de elevar al cielo, recta, sin titubeos, la imagen.
Afortunadamente ya ha desaparecido —los cables se retiran con grandes pértigas—, y mucho en ello tuvo que ver la Asociación de Anderos, creada en 1986, cuyo fin principal es procesionar los distintos pasos con el respeto, comportamiento y uniformidad adecuados. Ha mejorado así el recogimiento con el que se contempla nuestra Semana Santa, y lo han agradecido las imágenes, como la del Desenclavo, que debido a su peculiar disposición e inestabilidad varias veces acabó con el brazo de Nicodemo, que sujeta a Jesús, roto, en cabestrillo.
El Cristo de la Columna saliendo de la ermita de la Veracruz y echándolselo "a la una"
El Descendimiento del Señor (el Desenclavo) saliendo de la ermita de la Veracruz
Solían los anderos llevar bajo los faldones un talego con rosquillos o magdalenas para reponerse del esfuerzo —higos secos antiguamente—, e invariablemente un chicle en la boca para salivar y no quedarse secos.
En nuestra familia hemos sido poco santeros. Yo saqué una vez el Resucitado y ahí se acabó toda mi experiencia. El único, mi hermano Domingo, que ha pasado por toda la gama de pasos, dos veces el mítico Desenclavo e incondicional muchos años de la Virgen de los Dolores.
El Resucitado. 1964. Yo soy el primer andero por la izquierda.
Nuestra Señora de los Dolores. Mi hermano Domingo es el tercer andero por la derecha
Proliferaron en tiempos pasados los pasos arrastrados en carrozas, pero actualmente se ha vuelto a lo tradicional y tan nuestro, a ser portados a hombros por los anderos. El peso es tremendo; en el Santo Sepulcro se llegan a alcanzar los cincuenta y seis kilos por anda, y en el Desenclavo y Jesús Nazareno los cincuenta, más que en otras muchas Semana Santa del país. Peso que durante tantas horas de procesión provoca deformación en los huesos y en la masa muscular, hinchazón o protuberancia que en los habituales a portar santos todos los años queda ya para siempre y es conocida como hombro de andero.
Y para más "inri" hay que pagar, cosa que para los no introducidos en el tema resulta cuanto menos paradójico, y más cuando en otros sitios anderos y costaleros (los que portan sobre la espalda) son recompensados con dinero o son los propios cofrades los que sacan los pasos. Aquí, en Criptana la mayoría de los pasos se subastan y se hacen pujas astronómicas.
Rostro de Jesús Nazareno
Muchos anderos son habituales en esa puja, que se realiza el Domingo de Ramos de cada Semana Santa, con todos los presentes en traje y corbata como la solemnidad del acto requieren. Y han sido entre otras las cuadrillas del Pregonero o la de Juan Bautista Villacañas, conocido como El Morenete, con su inseparable Nazario, las que más veces han conseguido portar a hombros el paso que se proponían. En cualquier caso, es la Asociación de Anderos la que lleva la voz cantante y trata de dirimir en las rivalidades que surgen por la pugna con los pasos más solicitados como Jesús Nazareno, el Sepulcro, el Desenclavo…
Juan Bautista Villacañas, El Morenete, el 3º empezando por la izquierda del piso de arriba
Es importante que la cuadrilla de anderos que va a sacar cada paso se mida, y para ello hay especialistas. Si lleva sólo andas delante y detrás, será simplemente guardar una escala de alturas sin mayor problema. En imágenes con andas laterales la cosa se complica, hay que medirles el hombro y en función de la longitud del paso y de la flexibilidad de las andas, colocar a los anderos para que con arreglo a su estatura se repartan y soporten el peso lo más equivalente posible. Hoy esta labor se hace con un artilugio especial, que con un sistema de contrapesos de unos 60 kilos, que descarga sobre el hombro del andero, hace que éste ceda y proporcione su medida exacta.
"Máquina" especial para medir anderos
Importante es la labor de los que portan las horquillas, aunque siempre se dejan en manos de chicotes que, revestidos de la dignidad del cargo, obran con una responsabilidad que ya quisiéramos en muchos mayores. Han de estar atentos y ligeros para colocarlas en las andas, para que así soporten el peso de las imágenes en los momentos de descanso, y retirarlas con presteza cuando los anderos reanudan la procesión al oír los golpes acompasados del jefe de cuadrilla, antes directamente sobre la madera y ahora con vistosos llamadores a la manera sevillana.
El Santo Entierro por los años 50 con su correspondientes chicotes portando las horquillas.
El andero del centro es Fernando Manzaneque, nuestra gran gloria en ciclismo, y a su lado, por la izquierda, Eugenio Jiménez
Está tan arraigado esto de los anderos en Criptana que de chicos siempre jugábamos por la época de la Semana Santa a confeccionar pasos con muñecos y a sacarlos en procesión. O con imágenes vivientes, como me ocurrió a mí en cierta ocasión en los corrales de la casa de mi amigo Santi (Santiago Sánchez-Manjavacas), frente al Parque. Hacía de cristo, atado a una cruz, que para sostenerla habían metido en un pequeño bidón —yo me dejaba—, cuando de pronto todo el armatoste se venció y fui a parar al suelo, menos mal que lateralmente, no de bruces. Si hubiera sido de morros ahora estaría desdentado. Y si el percance hubiera surgido en plena procesión, erguido sobre unas primitivas andas, acaso no estaría contándolo.
Jugando a procesiones por los años 80. Mis sobrinos Abel y Domingo y un amiguillo
Todos también queríamos tocar al tambor o a la trompeta. La antigua Banda de San Fernando dejó huella. Luego vinieron la de San Juan, Veracruz, Blanca Paloma, Jesús de Medinaceli y la única que sigue, la del Cristo de la Elevación en la Cofradía del Stmo. Cristo de la Expiración y María Stma. de la Esperanza.
Banda de Cornetas y Tambores del Cristo de la Elevación
La música es fundamental en la Semana Santa de Criptana. En la procesión del Santo Entierro, en la tarde del Viernes Santo, todos los pasos que procesionan van acompañados por una banda de cornetas o por una agrupación musical. Además de nuestra Banda Municipal Filarmónica Beethoven, son habituales las de Argamasilla de Alba, Pozuelo de Alarcón, Fuensalida, Santa Cruz de Mudela, Ocaña, San Martín de la Vega, Alcalá de Henares, Abenójar, María Auxiliadora de Jaén, Maestro Amador de Andújar, Sánchez Maroto de Manzanares, Santa Cecilia de Villafranca de los Caballeros, Maestro Ibáñez de Valdepeñas, La Esperanza de Salamanca...
Y de cornetas, las de Villafranca y Siete Pasos de Herencia, entre otras.
Francisco Calonge, en ausencia del director titular, dirige la Filarmónica Beethoven en la Procesión del Paso
Resulta impresionante y majestuosa la cadencia, el "baile" o suave balanceo del caminar de la Virgen de la Esperanza bajo su palio en la tarde del Viernes Santo, al son de la versión orquestal para Semana Santa de La saeta, la composición musical de Juan Manuel Serrat inspirada en los versos de Antonio Machado, y más al doblar cualquier esquina, como la de la calle Castillo con la del Convento.
Virgen de la Esperanza
Y no menos la llegada del Sepulcro a la Plaza, doblando el Rincón del Conde, con la Filarmónica Beethoven tocando la excepcional marcha fúnebre La Madrugá, compuesta por el coronel y músico Abel Moreno cuando estaba en el Regimiento Soria 9 de Sevilla y dirigía su Banda, y que ha sido y es santo y seña de la Semana Santa hispalense. O de la inigualable Marcha Fúnebre de Chopín de obligada interpretación antes de llegar a la Parroquia.
Hay muchos momentos mágicos más en la Semana Santa de Campo de Criptana, como la llegada de la procesión de la Veracruz al Calvario en la tarde del Jueves Santo.
O la procesión del Vía Crucis del Silencio, con las imágenes del Cristo de la Expiración y la Virgen de la Esperanza en la noche del Jueves Santo, en un ambiente de meticulosa concentración y meditación.
El Cristo de la Expiración
Apenas se han retirado los últimos nazarenos de la procesión de Silencio, cuando amanece el Viernes Santo, la salida de Ntro. Padre Jesús Nazareno desde la ermita de la Madre de Dios para la procesión del Paso. En el momento que las campanillas que preceden a la imagen se oyen, la multitud impresionante se calla. No se oye un alma y la emoción llega al máximo. Detrás de Jesús decenas de personas, muchas con cruces a cuestas y descalzas, haciendo penitencia, y la Virgen de la Soledad. Y en el transcurso de la procesión... las "Tres Caídas": la primera, casi allí mismo, en la Plaza; la segunda en el Calvario, incorporándose la procesión del Encuentro con las imágenes de San Juan y la Virgen de los Dolores, y la tercera en el Pozo Hondo, con La Verónica limpiando el rostro de Jesús, que quedará grabado en el lienzo.
Jesús Nazareno
Penitentes tras Jesús Nazareno
Virgen de la Soledad
Procesión del Paso en el Pozo Hondo en 1957
El Paso en el Pozo Hondo en 1957 tras la tercera caída, con el rostro de Jesús grabado en el lienzo de La Verónica
En esa misma procesión del Paso, una costumbre que tienen a gala los anderos: subir la cuesta de la calle Cervantes, la antigua Torrecilla, desde el Pozo Hondo hasta las “cuatro esquinas”, sin hacer descanso, sin utilizar horquillas, al ritmo acompasado de los tambores.
Procesión del Paso subiendo la calle Cervantes (calle de la Torrecilla)
La procesión del Santo Entierro, la más solemne, en la tarde-noche del Viernes Santo, y que hay que verla dos veces —así hace mucha gente, a pesar de que son dos horas de desfile más el tiempo de espera—. Hay discrepancias para escoger los lugares, pero no puede faltar el final en la Plaza. Con el acompañamiento de bellas imágenes como son La Elevación, La Crucifixión, La Lanzada, Cristo de la Expiración, Virgen de la Esperanza, El Descendimiento, La Piedad y Virgen de la Soledad, impresiona ver pasar a nuestro lado el Santo Sepulcro, en un ambiente de gran silencio y seriedad. No faltan nunca un gran grupo de mujeres de negro riguroso y con mantilla —las "manolas", que en Criptana así llamamos— la Guardia Civil hasta hace unos años, custodiando el féretro, en traje de gala y con los fusiles apuntando al suelo, y las altas autoridades civiles y religiosas, Juez de Paz y Junta de Cofradías presidiendo el sepelio.
El Sepulcro en la Plaza. 1957
"Manolas" en la procesión del Santo Entierro. 1957
El Sepulcro ahora
A esto hay que añadir las dos veces que la Semana Santa subió a la Sierra a través de las estrechas y empinadas calles del Albaicín, la última en 2005, y ambas por motivos de retransmisiones televisivas. Muchos guardarán para siempre esas imágenes en la retina.
El Cristo de la Expiración en la Sierra de los Molinos en 1966
Y, ¡cómo no!, los "paseíllos". El Viernes Santo por la tarde, los más espectaculares. Desde bastante tiempo antes de iniciarse la procesión del Santo Entierro, la Plaza y las calles de la Soledad y Cervantes son un hervidero de gente expectante y apasionada por lo que espera ver. Los anderos se juegan el prestigio y hay mucha tensión en el ambiente. Los directivos miran incansablemente el reloj para cumplir puntualmente el horario previsto. Todo tiene que funcionar a la perfección. El momento ha llegado y se inician los paseíllos: llevar en paso ligero, en el menor tiempo posible, al ritmo frenético de tambores y cornetas, el espectacular y mítico Desenclavo y otros pasos de nuestra Semana Santa desde la ermita, o lugar donde están ubicados, hasta las "cuatro esquinas", enclave de comienzo de la procesión. Es un espectáculo lleno de plasticidad, riesgo, sentimiento y pasión.
En el año 2008 La Semana Santa de Campo de Criptana fue declarada Fiesta de Interés Artístico Regional.
Cofradías
Cristo de la Columna y Descendimiento de Ntro. Señor de la Veracruz
- Creada antes de 1568
- Túnica y capirote de terciopelo granate, cíngulo de hilo de oro, rosario colgado en el mismo y capa de tela blanca.
- Los primeros datos que se conocen de esta Cofradía datan del 10 de noviembre de 1568 cuando la entonces Cofradía de La Veracruz recibió la visita del Prior de Uclés, que asistió a la procesión del Jueves Santo junto a la imagen titular del Cristo de la Columna.
Se reorganizó tras la Guerra Civil en 1942.
- Pasos:
Cristo de la Columna, talla de Francisco de Paula Gomara. 1942
Cruz de Mayo. 1945
Descendimiento. 1946
Santo Niño Pasionario. 1947
Resucitado. 1947
Jesús de Medinaceli, talla de los talleres Rabasa.1962
María Santísima de la Redención, talla de Alfonso Castellanos Tamarit. 2004
Santa Cena, de Alfonso Castellanos Tamarit (Jesús) y de Felipe Torres. 2007
- Sede: Ermita de la Veracruz. Su construcción finalizó en 1573 según consta en la inscripción grabada en la piedra de su portada. Es una edificación de planta rectangular, con cubierta de teja curva árabe a dos aguas y fachada sencilla en la que sobresale su portada de acceso de piedra con arco de medio punto y diversos relieves entre los que destacan dos pares de pilastras de fuste estriado, cornisa moldurada, escena del Calvario y diversos motivos decorativos propios del renacimiento como copas, florones, ángeles, etc.
En el interior de la ermita lo más relevante es el tipo de cubierta adintelada con vigas de madera dispuestas de trecho en trecho. Un antiguo retablo barroco con el Cristo de la Columna también barroco y Descendimiento de Nuestro Señor muy posterior, fue destruido en la Guerra Civil.
Cristo de la Columna
La escena del Calvario en la portada de la ermita de la Veracruz
Portada restaurada de la ermita de la Veracruz
Ermita de la Veracruz restaurada
Ntro. Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Soledad Angustiada
- Creada antes de 1568
- Túnica de terciopelo morado con capirote de terciopelo negro, capa de color granate, cíngulo en seda morado y amarillo y guantes negros.
- Los primeros documentos datan de la visita del Prior de Uclés en 1568 y los primeros estatutos legalizados de 1766. En ese mismo año la Hermandad adquiere la actual imagen de la Virgen de la Soledad (única de las imágenes de la antigua Semana Santa de Criptana que se salvó en la Guerra Civil de 1936-1939), a cuya advocación se le une el nombre de Angustiada, en honor de la titular de la iglesia de la Madre de Dios, Nuestra Señora de las Angustias, desaparecida o bien oculta en algún sitio, y que tenía su capilla en la actual sacristía.
- Pasos:
María Santísima de la Soledad Angustiada. Del siglo XVIII
Jesús Nazareno, talla de vestir de los hermanos Zapater. 1940
Oración de Jesús en el Huerto. 1940 (con reformas posteriores)
La Verónica, talla de vestir de Julián Cristóbal. 1942
María Magdalena, talla de vestir de Julián Cristóbal. 1942
San Pedro. 1962
Niño de la Bola. 1963
El Beso de Judas. 1987
- Sede: Ermita de la Madre de Dios. Data del siglo XVII, cuando era conocida como de Ntra. Sra. De la Angustias. En 1697 se construyó su cubierta abovedada, obra de la que se encargó Damián de la Sierra. En los años 60 del siglo XVIII se erigió un retablo para albergar la imagen titular. Su aspecto actual es fruto de numerosos avatares, incluidos los derivados de la Guerra Civil, cuando fue utilizada como fragua.
Su exterior, muy sobrio, presenta cubierta a dos aguas con teja curva árabe. Perdida la portada del siglo XVIII, lo más destacable es el cubo correspondiente a la cúpula del crucero y la linterna que lo corona. El interior es de una sola nave de fondo plano y con crucero casi imperceptible cubierto por cúpula sobre pechinas. La nave tiene bóveda de medio cañón.
El retablo barroco del presbiterio fue destruido, pero permanece el camarín de la Virgen de la Soledad, dotado también de cúpula sobre pechinas. La decoración es variada. La bóveda de la nave ofrece en relieve cruces de la Orden de Santiago y conchas de peregrino. La cúpula del crucero está cubierta de pinturas con temas bíblicos. En la cabecera el antiguo retablo ha sido sustituido por decoración pictórica de temática referente a los pasos de la Semana Santa que alberga el templo.
Antiguo retablo de la ermita de la Madre de Dios
Ermita de la Madre de Dios
María Santísima de la Soledad Angustiada
Santo Entierro y Ntra. Sra. de la Piedad
- Creada el 25 de febrero de 1940
- Túnica y capirote de terciopelo negro y capa de lana blanca, cíngulo negro con el rosario pendiente del mismo, guantes negros y zapatos con hebillas de plata.
- Pasos:
Santo Sepulcro, talla de Vicente Zapater. 1940
Nuestra Señora de la Piedad. 1947 (recompuesto posteriormente)
- Casa de Hermandad: C/ Santa Ana, 3.
- Sede: Ermita de la Madre de Dios.
El Cristo Yacente en el interior del Santo Sepulcro, tallado en 1940 por Vicente Zapater
Ntro. Padre Jesús Cautivo y Ntra. Sra. de la Amargura
- Creada el 1 de marzo de 1946.
- Túnica y capirote de tela negra con la cruz de la Merced, cinturón de esparto y capa de tela de color granate.
- Se erigió por hermanos que habían sufrido cautiverio en la Guerra Civil, tomándose como imagen principal el paso de Jesús Cautivo (El Prendimiento).
- Pasos:
Santa Cruz de la Merced. 1940
Jesús Cautivo (El Prendimiento). 1946)
Balcón de Pilatos. 1947 (con muchos cambios)). La figura de Jesús la realizó Francisco Valbuena en 1962
Virgen de la Amargura, de Alfonso Castellanos Tamarit. 2013
Crucifixión, de los Talleres Salmerón de Socuéllamos. 1997
- Casa de Hermandad: C/ Mayorazgo, 33.
- Sede canónica: Iglesia del Convento
Virgen de la Amargura
Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza
- Creada en 1946 tras un primer intento malogrado en 1940
- Túnica y capirote de tela blanca con botonadura verde, fajín verde con fleco de hilo de oro, capa verde y guantes blancos.
- Fue constituida por jóvenes de Acción Católica al amparo de una imagen del Cristo de la Expiración, donada por el médico y también bodeguero don José Minguijón Sáiz a la Parroquia para recomponer la imaginería destruida en la Guerra Civil. Esta figura de Cristo, tallada en madera de caoba por el escultor Juan Cristóbal, la trajo en 1939 al pueblo desde Madrid mi padre, Valeriano Flores, en un camión Chevrolet que le había sido incautado durante la guerra y luego recompuesto pese al mal estado tras su devolución.
La primera intención de Minguijón cuando encargó la imagen en 1936 es que sustituyera a la del Cristo de Villajos, desaparecido en la guerra, pero no pudo ser por estar realizándose ya una copia del Santo Patrón. No obstante, en 1940, al no estar ésta terminada, se le tributaron al Cristo de la Expiración los cultos patronales.
- Pasos:
Cristo de la Expiración, talla de Juan Cristóbal. 1939
Virgen de la Esperanza, de Julián Cristóbal, sobrino de Juan, el escultor del Cristo). 1947
Elevación de la Cruz. 1982 (recompuesto posteriormente con algunas figuras del escultor Suso Dorrego)
- Casa de Hermandad: Trav. Miguel Servet 9.
- Sede canónica. Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. De la Asunción.
Cristo de la Expiración
La Sagrada Lanzada, Ntra. Sra. de los Dolores y San Juan Apóstol
- Creada en 1958
- Túnica y capirote de terciopelo azul, cíngulo blanco y capa de tela roja
- Surgió por iniciativa de una serie de devotos de San Juan y salió por primera vez en procesión en la Semana Santa del año 1959.
- Pasos:
San Juan, talla de vestir de Faustino Sanz Herranz. 1958
Virgen de los Dolores, talla también de Faustino Sanz Herranz. 1958
Sagrada Lanzada, de Suso Dorrego (el Cristo) y Elías Garó. 1987
- Sede canónica. Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. De la Asunción.
Virgen de los Dolores
Procesiones
La Semana Santa de Campo de Criptana, se caracteriza por plasmar toda la Pasión de Cristo en sus procesiones. Éstos son los distintos pasos o imágenes que desfilan por sus calles, muchas de ellas con nombres muy sugerentes: Soledad Amargura, Calvario (calle y plaza), Caídas, Verónica, Pasión, Veracruz…
Viernes de Dolores
- Procesión de Nuestra Señora de los Dolores, 22:00 horas
Pasos: Nuestra Señora De los Dolores
Virgen de los Dolores
Procesión de Nuestra Señora de los Dolores
Domingo de Ramos
- Bendición y Procesión de Las Palmas, 11:15 horas
Pasos: Jesús entrando en Jerusalén (La Borriquilla)
La Borriquilla
Procesión de las Palmas
Martes Santo
- Procesión de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, 22:00 horas
Pasos: Nuestro Padre Jesús de Medinaceli y María Santísima de la Redención
Jesús de Medinaceli
María Santísima de la Redención
Procesión de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli
Miércoles Santo
- Rosario de la Penitencia y Procesión de los Cinco Misterios, 22:00 horas
Pasos: Jesús orando en el Huerto, Cristo de la Columna, La Sentencia (Balcón de Pilatos), Jesús Nazareno, Cristo de la Expiración y María Santísima de la Amargura
La Sentencia (Balcón de Pilatos)
La Sentencia con la figura de Pilatos realizada por Francisco Javier Muñoz Boluda en 2019
María Santísima de la Amargura
procesión de los Cinco Misterios
Jueves Santo
- Procesión de La Veracruz, 19.00 horas
Pasos: Niño Pasionario, Santa Cena, Jesús orando en el Huerto, El Beso de Judas, Santa Cruz de la Merced, Jesús Cautivo (El Prendimiento), La Sentencia (Balcón de Pilatos, Cristo de la Columna, María Magdalena, San Juan y Nuestra Señora de los Dolores
La Santa Cena
Jesús orando en el Huerto
El Beso de Judas
Cristo de la Columna
Procesión de la Veracruz
- Procesión del Viacrucis del Silencio, 24:00 horas
Pasos: Cristo de la Expiración y María Santísima de la Esperanza
Cristo de la Expiración
Procesión del Viacrucis del Silencio
Viernes Santo
- Procesión del Paso, 8:00 horas
Pasos: Niño Pasionario, Jesús orando en el Huerto, El Beso de Judas, Santa Cruz de la Merced, Jesús Cautivo (El Prendimiento), La Sentencia (Balcón de Pilatos), Cristo de la Columna, Jesús Nazareno, La Verónica, San Pedro, María Magdalena y María Santísima de la Soledad Angustiada
Jesús Cautivo (El Prendimiento)
Jesús Nazareno y La Verónica
San Pedro
Procesión del Paso
- Procesión del Encuentro, 9:30 horas. En la Plaza del Calvario, tras el encuentro de la Virgen con Jesús, se incorpora al recorrido de la Procesión del Paso
Pasos: San Juan y Nuestra Señora de los Dolores
San Juan
Encuentro de la Virgen con Jesús
Procesión del Encuentro
- Procesión del Santo Entierro, 19:30 horas
Pasos: La Crucifixión, La Elevación de la Cruz, Cristo de la Expiración, María Santísima de la Esperanza, La Sagrada Lanzada, Descendimiento (El Desenclavo), La Santa Cruz, Nuestra Señora de la Piedad, Santo Sepulcro y María Santísima de la Soledad Angustiada
La Crucifixión
Detalle de La Crucifixión
La Elevación de la Cruz
La Sagrada Lanzada
Nuestra Señora de la Piedad
El Sepulcro
Procesión del Santo Entierro
Domingo de Resurrección
- Procesión del Resucitado, 24:00 horas. Su itinerario es Plaza Mayor, calles de Santa Ana, General Pizarro, Virgen de Criptana y de nuevo a la Iglesia Parroquial.
Pasos: Jesús Resucitado
El Resucitado
Semana Santa Chica
Y, por último, la Semana Santa Chica, organizada por la Junta de Hermandades y Cofradías en los años 2016 y 2017 el Viernes de Dolores por la tarde, tratando de involucrar a los niños en los valores religiosos, culturales y patrimoniales y, sobre todo, de arraigo de raíces y costumbres locales. Los “santetes”, con la inclusión de nazarenos, manolas con mantilla y músicos, recorría las calles principales alrededor de la Plaza Mayor.
Semana Santa Chica
Pero en 2018 se consideró tanto por la Junta como por la Parroquia que era apropiarse de la ingenuidad y espontaneidad de los niños, introduciendo un afán de competitividad en pasos y atuendos influenciados las más de las veces por padres y adultos. Por lo tanto la Semana Santa Chica no ha vuelto a celebrarse oficialmente por ahora, si bien continúa manteniéndose la antiquísima tradición de que los niños hagan su propia interpretación de este acontecimiento en los barrios, en los colegios o en otros lugares.